Todas las fichas al Congreso, con algún atisbo de plan B y varias señales erráticas

El Gobierno empezó la semana con la intención de oxigenar su agenda política. El domingo por la noche, el ministro Luis Caputo habló de rebajar en el segundo semestre el impuesto PAIS, tratando de mostrar que hay una hoja de ruta para salir del berenjenal de la Ley Bases. Y ayer el vocero presidencial, Manuel Adorni, ensalzó por demás el impacto de un índice salarial para remarcar que la recuperación de la economía está más cerca. El propio Javier Milei había exhibido el fin de semana un semáforo de indicadores, en donde aparecían algunas luces verdes, aunque se veían como manchas entre unas cuantas luces rojas.

El escándalo de la compra de alimentos y la incesante salida de funcionarios del Ministerio de Capital Humano salieron por un rato de la pantalla caliente de los medios. Después de mantener el sábado una larga reunión en Olivos con el jefe de Estado para conversar de su futuro, Sandra Pettovello tuvo algo de tranquilidad. Duró poco: ayer intentaron romper el cerco que rodea a su casa en zona oeste.

Javier Milei y Sandra Pettovello

La movida pro-reactivación renovó el temario de la discusión pública, pero no lo reseteó. El anuncio de que la canciller Diana Mondino no asistirá a la cumbre del G-7 embarró otra vez la cancha. El Presidente irá acompañado solo por su hermana Karina. La ministra (que acaba de perder a manos de “el Jefe” el manejo de la ex Fundación Exportar, como anticipó El Cronista el viernes) cumplirá otros compromisos diplomáticos. Desde la Casa Rosada aconsejan no “hacerse los rulos” con esta decisión, pero inevitablemente Milei se convertirá en un personaje raro en esa cumbre global, porque nadie asumirá que su soledad es producto de la austeridad, sino de una deficiente planificación. Los embajadores con asiento en Buenos Aires tienen la difícil misión de explicar cuestiones que en otras latitudes son impensadas, como cancelar un viaje de esta envergadura y reponerlo en menos de 24 horas.

Guillermo Francos trabaja casi exclusivamente para que mañana el Senado vote la Ley Bases y la devuelva con cambios a la Cámara baja. Logró el apoyo de los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, pero sin garantías de que ese pronunciamiento sirva para alinear a los díscolos. El caso de Martín Lousteau, promotor de un dictamen propio, es el ejemplo más vivo. De hecho, su socio político, el diputado Emiliano Yacobitti, aseguró que el comunicado de JxC reflejaba una unanimidad que no existe. “Es falso”, dijo en redes.

¿La promesa de Caputo puede haber sido un plan B? No hay que descartarlo. Si el Senado vota la nueva movilidad jubilatoria y el Gobierno acepta esa compensación (o la veta y otorga un bono extra, para neutralizar el costo político), el impuesto PAIS seguirá. Por culpa del Congreso, claro.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.