En un hecho inédito para los tiempos actuales de la política el gobernador Axel Kicillof viajó a Rawson; entregó 15 ambulancias a la provincia de Chubut, uno de los distritos donde el peronismo perdió la última elección, y tuvo una larga charla a solas con el gobernador, Ignacio Torres.
El mandatario local no es inocente en este nuevo diálogo político aún cuando fluctúa entre ser opositor a la Casa Rosada y mostrarse como un importante dialoguista. Torres se mueve cómodo tanto entre halcones del PRO, como con libertarios y con el bloque patagónico integrado en su mayoría por partidos provinciales.
Kicillof avanza como su colega, en su propio Pacto de Mayo y de transversalidad frente a Javier Milei, un Presidente que rompió y obligó a la reconfiguración de los partidos tradicionales.
El chubutense se sostiene en sociedad con el radicalismo al que venció en internas pero que aún así le aportó la figura de Gustavo Menna como vicegobernador. Y al mismo tiempo rechaza la reversión de Ganancias en el marco del paquete fiscal que debate el Senado pero pide que se aprueben los beneficios del RIGI.
¿Qué hace Kicillof, el gobernador al que Javier Milei llama “el soviético” por su formación en materia económica? ¿Qué hace Torres, el más joven de los gobernadores siendo anfitrión de Kicillof?
Para entender el convenio firmado por Kicillof en Rawson hay que mirar apenas un poco atrás cuando firmó otro convenio con un gobernador radical, el santafesino Maximiliano Pullaro. Era menos difícil de explicar ese acto: Buenos Aires y Santa Fe son provincias que además de compartir límites comparten el drama del narcotráfico. Por eso el bonaerense aportó patrulleros y tecnología en el momento más violento que sufrían -y sufren- los santafesinos. El dato es que ahora, nuevamente, viajó.
Pullaro también es, como Torres, un dialoguista que pone condiciones al Pacto de Mayo que impulsa el Presidente. Ambos, como Kicillof, fueron a la Justicia en reclamo de los recortes sufridos por ejemplo la quita del Fondo de Incentivo Docente, entre otros ajustes a los que los obligó -sin consenso- el jefe de Estado.
La transversalidad que transita Pullaro lo llevó a ser amable anfitrión del último encuentro de gobernadores del Centro -con Llaryora y el entrerriano Rogelio Frigerio- del que participó el ministro Francos a quien llenó de elogios.
Y en los últimos días generó picantes comentarios con su encuentro con Leandro Santoro que representa a uno de los espacios radicales dentro de Unión por la Patria. En términos políticos la cita pareció un antídoto frente a los libertarios y al desembarco de Karina Milei en Santa Fe con su “karinismo” incipiente en el distrito.
La política me permitió conocer personas buenas y generosas que con el tiempo se convirtieron en parte de mi familia.Gracias Lean por los mates y por pasar un rato por casa. pic.twitter.com/tvOAWPyAJE
— Maximiliano Pullaro (@maxipullaro) May 11, 2024
Por detrás de los diálogos que la Rosada establece con los gobernadores a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, Kicillof tiende puentes con sus colegas más jóvenes y flexibles. También con los que aparecen más valientes -si es que el término puede aplicarse- frente a los embates libertarios.
Las idas y vueltas de Torres
Torres fue uno de los más molestos con el gobierno nacional y hasta denunció públicamente haber recibido amenazas. “Te van a tirar con el ejército de trolls” le advirtió un funcionario nacional. El chubutense, como otros mandatarios, sabe de la potente artillería que dispara desde un salón del primer piso de la Casa de Gobierno. Algunos también le temen.
En la línea de aquellos con los que dialoga Kicillof detrás de escena están también el cordobés Martín Llaryora y hasta el mendocino Alfredo Cornejo que es quizás uno de los más cercanos a las propuestas de Milei. Aún así el bonaerense ya avisó que no estará en el Pacto de Mayo, sea el próximo 25 o en una fecha posterior y con nombre alternativo.
Axel Kicillof (Unión por Todos) y Maximiliano Pullaro (Juntos por el Cambio-UCR)
Para Kicillof mostrarse con un gobernador del PRO, como antes con uno de Evolución radical como Pullaro -cercano a Martín Lousteau, senador que incomoda al Gobierno con sus críticas a la Ley Bases- es una manera de mostrar transversalidad, de construir camino al 2027 y hasta de entrenar músculo político frente a su propia interna, esa que negó Máximo Kirchner esta semana en declaraciones periodísticas pero que muchos admiten como ciertas.
Torres también acumula caudal político desde una transversalidad distinta. Este martes estuvo en la Ciudad de Buenos Aires y presentó la ley de promoción de inversiones turísticas en un coctel en la embajada de Estados Unidos con Marc Stanley del que participó el expresidente Mauricio Macri. También estuvieron empresarios como Paolo Rocca y Eduardo Eurnekian, entre otros.
Pero además, Torres nacionaliza su pago chico con una agenda intensa de visitas. Después de Kicillof viajará la vicepresidente Victoria Villarruel quien visitará Río Mayo, localidad donde pasó parte de su infancia.
En el inicio de su mandato Victoria Villarruel recibió a Ignacio Torres a quien visitará próximamente
Además el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona prepara un evento para presentar en junio el sistema acusatorio. Y Torres quiere convencer a Macri para que el próximo encuentro del PRO se haga en su provincia.
Por qué fue Kicillof a Chubut
El acto que sirvió de excusa a Kicillof y Torres para juntarse políticamente -una señal en contra del mensaje anticasta presidencial- fue la entrega de 15 ambulancias a través de un acuerdo alcanzado entre ambas provincias, “con el objetivo de mejorar la salud pública y seguir garantizando una atención sanitaria de calidad”.
En la sede de la Lotería de Chubut, en Rawson, sellaron un acuerdo raro en tiempos de nuevas grietas políticas.