Según un informe del Parlamento británico, el gobierno de Vladimir Putin habría descubierto una gigantesca reserva de petróleo en territorio reclamado por la Argentina, Reino Unido y Chile en la Antártida, según un informe que presentó en el Parlamento británico. Sin embargo, especialistas argentinos en materia energética tienden a reducir el impacto de este presunto hallazgo del gobierno de Vladimir Putin, y afirman que aún no se han realizado trabajos de sísmica o perforación, un paso previo indispensable para confirmar las reservas y la disponibilidad de hidrocarburos. De hecho, hasta por lo menos el año 2048 está prohibido realizar estas tareas en la Antártida.
“¿Quién dijo que encontraron petróleo? Solo han hecho sísmica. Falta explorar: perforar pozos para determinar si el hallazgo detectado por la sísmica se confirma, cubicarlo y posteriormente, de detectarlo, se debe evaluar el costo de la potencial explotación para ver si puede ser rentable. Recién allí un recurso se puede transformar en reserva para una ulterior producción”, opinó el exministro de Energía Juan José Aranguren.
En la misma línea coincidió el exfuncionario Daniel Montamat. “No se ha encontrado petróleo. Ha trascendido una investigación que menciona la existencia de recursos potenciales. Para asegurar que hay petróleo, hay que perforar, una actividad prohibida por el tratado Antártico. Recién a partir de una perforación, se puede entrar a cubicar reservas. Creo que la manifestación tiene más contenido geopolítico que energético, porque se empieza a renegociar el tratado Antártico y Rusia quiere estar sentada en la mesa negociadora, que por geografía no está”, dijo el exsecretario de Energía (1999-2000).
“Arabia Saudita tiene 320.000 millones de barriles de reservas probadas. Venezuela tiene 360.000 millones, pero de crudos más pesados. En la Argentina hay 27.000 millones de recursos técnicamente recuperables. Esos 500.000 millones que se mencionan de Rusia no se pueden comparar con ninguna de estas reservas. Todavía es potencial de una supuesta investigación”, agregó.
Otro experto en energía indicó que no se puede determinar si hay reservas, ya que solo se hicieron estudios de sísmica indirecta. “Es una teoría especulativa. Es tan cierto como el nuevo Vaca Muerta en el mar, antes de perforar”, comentó en reserva, acerca de la actividad de exploración offshore en el mar argentino.
Los informes presentados en una comisión de la Cámara de los Comunes del Reino Unido revelaron el hallazgo, realizado por buques de la empresa rusa Rosgeo en el mar de Weddell, lo cual despertó temores de que Moscú esté realizando exploraciones petrolíferas y de gas, e inspeccionando el continente con fines militares.
Las reservas se estiman en unos 511.000 millones de barriles de petróleo, lo que equivale a aproximadamente diez veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años, el doble de las reservas de Arabia Saudita o 30 Vaca Muerta juntas. El descubrimiento no solo despertó el interés por el potencial económico -en una zona donde la explotación está prohibida-, sino también por las implicaciones políticas y medioambientales.
Todas las actividades en la Antártida están cubiertas por el Tratado Antártico de 1959, y otros instrumentos legales asociados. El territorio fue designado como un continente dedicado a la paz y la ciencia, por lo que está prohibido cualquier tipo de explotación petrolera en la zona.
De hecho, el artículo 7 del Protocolo de 1991 sobre Protección del Medio Ambiente afirma que existe una prohibición permanente de la minería, pero sí permite la “investigación científica” en materia de recursos minerales. Ahora bien, esto evidencia cierta ambigüedad ya que según la información que trascendió, la empresa estuvo haciendo amplios estudios sísmicos en la zona en los últimos años, pero el Protocolo no define explícitamente lo que constituye como “investigación”.