“Para el amor no hay edad”. La frase, una de las más usadas al momento de explicar tantos y tantos romances faranduleros, viene como anillo al dedo en esta oportunidad. No porque haya una gran diferencia entre los “noviecitos”, sino porque los protagonistas transitan una etapa de la vida donde las noticias amorosas no son moneda corriente: a los 68 años, Mercedes Morán disfruta un apasionado y tórrido romance nada más y nada menos que con Imanol Arias, que tiene 67. Felicidades para ambos porque cuando la gente es feliz, el almanaque y el documento que se vayan a la…. sí, ahí.
La bomba afectiva fue dada a conocer en Socios del espectáculo al cabo de un largo enigmático presentado bajo el título “La foto que habla”. La eficaz dupla Lussich-Pallares basó con una imagen la info precisa y contundente que se traía entre manos. Ultimamente, hay que reconocerlo, el programa de los mediodías de Canal 13 ha tomado un claro liderazgo en “dar a conocer romances” por sobre todos sus competidores. O más que nada LAM e Intrusos, los dos ciclos que podrían brindarle pelea a la hora de las primicias de este tipo.
La foto en cuestión estaba en blanco y negro y ni siquiera mostraba un beso. Pero a pesar de no ilustrar un hecho derecho y concreto -tampoco se veía un abrazo, o dos manos entrelazadas- sino que ofrecía como “prueba” una actitud de los dos protagonistas. El, galán como toda su vida, como si tomara la delantera y estuviera decidido a lanzarse a un avance conquistador. Ella, recostada sobre una pared, perdía su vista en la inmensidad de los ojos de Imanol, aquellos que encandilaron a miles y miles de Argentina cuando protagonizó la inolvidable película Camila y estuvo a punto de ganar el Oscar.
“Ellos están protagonizando una obra de teatro y ya desde el primer momento, ya desde que empezaron a ensayar que se dice que los dos están incendiados. Que la química fue inmediata y que ya se está hablando de una relación que no se puede ocultar. Los que están cerca de ellos, que no son muy afectos a hablar de estos temas, cuentan que es innegable no la corriente afectiva que existe, sino la correntada que hay” expresaron casi a duo los conductores del rendidor envío.
MERCEDES MORAN, DE NOVIA CON IMANOL ARIAS
En efecto, Morán e Imanol Arias protagonizan una obra en el Paseo La Plaza allí donde la calle Corrientes llega hasta la orilla de la Avenida Callao. Enfrente, para más datos, de la heladería más famosa de toda la Argentina. La mitología -y la National Geographic, qué joder- cuentan que allí se prepara el mejor dulce de leche de todo el planeta, y las colas que se forman en su puerta, llenas de argentinos y también de extranjeros que escuchan ese mito, parecen confirmar todas esas habladurías. ¿La obra? Se llama “Mejor no decirlo”.
Las mujeres, pero sobre todo las de 50 para arriba, tienen presente a aquel españolito de pinta imparable y acento sin igual que “siendo un cura” se enamoraba de esa Camila protagonizada por Susú Pecoraro. Desde entonces, ha sido uno de los rompecorazones más absolutos que ha dado la madre patria. Bastaba que pisara suelo argentino o abriera la boca para que las derritiera con la cadencia de su voz. Mercedes Morán, cuentan, lo escuchó… y arrivederci.