Mauricio Macri está presionando a María Eugenia Vidal para que apoye públicamente la candidatura presidencial de Patricia Bullrich porque cree que “hay que rodearla” de dirigentes con experiencia en la gestión, pero la exgobernadora evita pronunciarse porque considera que el expresidente la está usando en su guerra contra Horacio Rodríguez Larreta.
El pedido de Macri se dio cuando Vidal le avisó que iba a bajarse de su candidatura y le confesó que le interesaba ir por la Ciudad si tenía su apoyo. El expresidente lo descartó enseguida: le dijo que sabe que es la que más mide para jefa de gobierno, pero que ya se pronunció por la candidatura de su primo Jorge.
Fuentes del PRO contaron que Macri fue más allá y le pidió que salga a apoyar a Patricia. Vidal le pidió tiempo para decidirlo, pero le insistió: “Tenés que salir ahora porque Patricia no es capaz y hay que rodearla con gente que sepa de gestión y vos tenés experiencia”. Macri les dice a los empresarios que se queden tranquilos que él se va a encargar de armar el gabinete de Bullrich.
Sorprendida, Vidal enseguida fue a ver a Larreta para contarle la charla. Le dijo que se sintió usada por Macri, que no sólo no apoyó su candidatura porteña sino que fue quien la empujó a lanzarse a la presidencia con el argumento de que Larreta y Bullrich se iban a desgastar en la interna y ella iba a salir fortalecida como una especie de candidata de unidad. Pero eso no pasó y según cuentan Macri tampoco le cumplió su promesa de conseguirle aportes empresarios para la campaña.
El problema para Vidal es que, aunque están algo distanciados, tiene una larga amistad con Larreta y no sería cómodo para ella enfrentarlo en una interna. Hasta ahora piloteó la situación con su propia candidatura, pero distinto es jugársela por Patricia.
Por eso jugó la carta de ser presidenta del PRO, desde donde podría justificar la neutralidad y escaparse de la presión de Macri. Pero para eso debería renunciar toda la cúpula del partido, que sigue digitada por Bullrich, y eso no parece algo posible.
Fuentes del PRO explican que la situación de Vidal es compleja porque tampoco quiere enfrentarse a Macri, quien siente que la castigó fuerte cuando pasó de Provincia a Capital en 2021. El expresidente le cuestionaba esa jugada, pero Vidal avanzó igual. La exgobernadora sintió el escarnio de sectores mediáticos cercanos a Macri y quedó traumatizada. Ese escarnio, dice, sólo cesó cuando se lanzó a presidenta por pedido de Macri. Ahora siente que volverá si no cumple en respaldar a Bullrich.
Un dato que explica todo este enredo es que casi nadie en el PRO cree realmente que al final del camino Macri termine apoyando a Patricia. El expresidente da señales confusas y hasta parece más inclinado a romper Juntos y acordar con Javier Milei. Pero tampoco nadie descarta que termine cerrando con Larreta.
Macri abona esa confusión todos los días con sus jugadas a varias puntas. Por ejemplo, Patricia se reunió con Vidal y Cristian Ritondo y hablaron sobre la posibilidad de un acuerdo en Provincia, que incluía la “neutralidad” de Vidal a nivel nacional. La exgobernadora se comprometía hacer campaña por Ritondo, lo que era casi un apoyo a la exministra.
Patricia se mostró entusiasmada y les dijo que en las dos primeras semanas de mayo empezaría a bajar a sus candidatos a gobernador: Joaquín de la Torre, Javier Iguacel y Néstor Grindetti. Pero pasaron los días y nada de eso pasó. Por el contrario, De la Torre e Iguacel amenazan con irse con Milei. La explicación de esta resistencia -entienden en el PRO- es que el propio Macri les pide que no se bajen.