Los casos de dengue se multiplican en al menos catorce provincias a un ritmo de pánico. Tucumán ya tiene las guardias colapsadas y acumula tres muertos oficiales por esta enfermedad, aunque se sospecha que podrían ser bastantes más. El desborde de una epidemia estacional y perfectamente contenible hizo que recrudecieran en las provincias las criticas a la ministra Carla Vizzotti.
El noroeste es la zona más afectada del país. Las cifras oficiales cantan que Tucumán tiene 116 casos cada 100 mil habitantes, mientras que Salta alcanzó los 94 infectados cada 100 mil. La tercera provincia en infectados es Santa Fe con 84 cada 100 mil, Santiago del Estero con 68 cada 100 mil, Jujuy con 64 cada 100 mil y la Ciudad con 24 cada 100 mil. Pero fuentes del sistema de salud confirmaron que el subregistro de casos puede ser abismal, por la falta de testeos. Hasta este miércoles ya eran seis los muertos reconocidos oficialmente por esta enfermedad.
Los casos aumentaron 95% en la última semana. En Tucumán, epicentro de la pandemia, los casos declarados ascienden a 1891. “Son muchos, pero muchos más”, aseguró una especialista que vive y trabaja en la provincia que gobierna Juan Manzur.
El dengue es transmitido por un tipo de mosquito llamado Aede Aegypti. Para convertirse en vector del dengue el mosquito tiene que picar a una persona infectada.
Para evitar que se propague el dengue, lo principal es hacer un estricto control de fronteras y además campañas sobre la población para que tomen medidas de prevención como el uso de repelente y la descacharrización. Todas medidas de estricta política de salud pública, sencillas de implementar y prever. Nada de eso ocurrió, en una escala eficiente.
El dengue tiene ciclos y cada tres o cuatro años se transforma en epidemia. La última ocurrida en la Argentina sucedió en 2020 y coincidió con el inicio del coronavirus. Para evitar que se propague lo principal es hacer un estricto control de fronteras y además campañas sobre la población para que tomen medidas de prevención como el uso de repelente y la descacharrización. Todas medidas de estricta política de salud pública, sencillas de implementar y prever. Nada de eso ocurrió en una escala eficiente, explicaron los especialistas consultados.
Bolivia, Paraguay y Brasil son tres países que tienen una alta incidencia de casos, por eso es relevante el control de fronteras. “¿Vino alguien de afuera con la enfermedad? Eso parece: el serotipo que se encontró era diferente al de 2020. Todo lo que es migración de personas trae más dispersión”, explicó la especialista consultada por un medio. Sin embargo, de los 9.388 casos reportados por el Ministerio de Salud de la Nación hace una semana, el 90% no viajaron. Esto significa que existe una importante circulación viral en el país.
El dengue es una enfermedad fácil de prevenir, pero muy difícil de erradicar. En todo 2022 el Ministerio de Salud que conduce Carla Vizzotti no realizó campañas de prevención en las zonas que ya se sabía, iban a estar en el pico de la transmisión. La época para comenzar con esas campañas es el otoño, cuando la incidencia es muy baja. Cuando comienzan los meses más cálidos es cada vez más difícil evitar la reproducción de los mosquitos. “No hicieron nada”, afirmó lapidario un ministro de salud del interior.
Además del trabajo en el terreno para concientizar en prácticas preventivas como la deschacharrización, las redes sociales son uno de los vehículos para lanzar campañas de prevención. Las tres primeras semanas de enero la cartera que comanda Vizzotti sólo realizó publicaciones el 12 de enero, el 19 y el 26. En febrero solamente hubo una el 2 de febrero, mientras que en marzo, con enormes aumentos de casos hubo apenas cinco posteos: el 4, el 6, el 7, el 27 y el 28. La epidemia ausente en la agenda de la cartera.
Con el pico del dengue ya lanzado, la ministra se dedicó a organizar un gran acto de autocelebración en el CCK junto a Alberto Fernández, para felicitarse mutuamente.
Con el pico del dengue ya lanzado, la ministra se dedicó a organizar un gran acto de autocelebración en el CCK junto a Alberto Fernández, para felicitarse mutuamente por la tarea que desarrollaron durante la pandemia del coronavirus. Mientras recordaban la epidemia pasada, avanzaba la nueva sin contención.
“La ministra es una buena directora de vacunas, pero es muy evidente la falta de gestión en el Ministerio. La prevención del dengue no es un viaje a la Luna, es gestión básica”, criticó un ministro provincial tras la reunión del COFESA en febrero de este año.
En la Ciudad también los casos comenzaron a aumentar de forma exponencial. Solamente en el Hospital Santojanni se atienden 90 pacientes por día, cuando hace 3 semanas llegaban a 20. Hay 20 internados y uno en terapia intensiva. Fuentes del ministerio que conduce Fernán Quiros confirmaron la escalada: “Tenemos 2366 sospechosos/positivos en lo que va de la temporada 2022/2023. En la última semana se registró un fuerte crecimiento, había 1158 en la semana anterior”.
Desde el gobierno porteño explicaron que realizan fumigaciones en las zonas que tienen mayor cantidad de casos, pero insisten que la principal acción de prevención es el descacharreo. “No es un mosquito de espacio verde”, aclaran.