El Senado tratará esta semana en comisiones el presupuesto 2023, aprobado en Diputados con apoyo de los radicales, mientras que la ley de ingreso universal impulsada por Juliana Di Tullio por ahora está en frezzer. Había una reunión prevista para tratarla pero se suspendió después que Sergio Massa aceptara aumentar las partidas sociales para 2023 y ofreciera un bono de 45 mil pesos a indigentes este año.
La comisión de presupuesto de la Cámara alta que preside el oficialista Ricardo Guerra tiene previsto convocar el miércoles y jueves para debatir la ley de leyes, por ahora sin presencia confirmada de funcionarios.
Esperan una respuesta de Massa, sobre todo como gesto a la UCR que, al igual que en Diputados votaría a favor, aun cuando en este caso el Frente de Todos puede constituir una mayoría con propios y aliados.
Los senadores del Frente de Todos participaron de las más de 50 horas de debate en comisión que hubo en Diputados e intervinieron en las modificaciones que se hicieron al texto original. José Mayans, el jefe oficialista que entró en licencia por problemas de salud, armó una carpeta con las obras pedidas por cada gobernador.
Se la presentó a Alberto Fernández cuando lo recibió en la Casa Rosada y su sustituta Anabel Fernández Sagasti se la mostró a Massa en una reunión que tuvo con legisladores del Frente de Todos el martes 18 para afinar la letra chica del presupuesto.
El bono de 45 mil pesos no es muy distinto al ingreso universal que promueve el kirchnerismo y los movimientos sociales, aunque no está garantizado para 2023. Para calmar la interna, Massa también aumento las partidas sociales.
En ese encuentro, la mendocina, Di Tullio y Guerra le reclamaron además al ministro un aumento de las partidas sociales, la mayoría con un recorte, un reclamo compartido con los legisladores identificados con los movimientos sociales.
Ese mismo martes, Di Tullio y Guerra convocaron para el miércoles 26 a un plenario de comisiones de Trabajo y Presupuesto para tratar la ley de ingreso universal. La fecha no fue azarosa: era un día después de la sesión en la que Diputados iba a aprobar el presupuesto.
Massa cumplió su promesa: aceptó incorporar un refuerzo de 300 mil millones de pesos a las partidas sociales. Para financiarlo, propuso gravar con Ganancias a los magistrados y empleados del poder judicial. El gasto pasó el filtro del recinto de Diputados, pero el impuesto a los jueces se cayó, porque la oposición se unió para rechazarlo.
Con la aprobación de la Cámara baja, el plenario de comisiones para tarar la ley de ingreso universal se suspendió. Sería un golpe letal para el presupuesto, porque significa casi medio punto del PIB para 2023, incompatible con la meta de 1.9 prevista.
De todos modos, Massa aprobó un bono de 45 mil pesos por única vez para quienes no tengan ningún haber mensual, no muy diferente al ingreso universal una idea que Cristina Kirchner comparte con Juan Grabois, pero ambos impulsan proyectos distintos. El líder social apoya el de su diputado Itatí Hagman, que es más amplio que el de Di Tullio y con mayor costo fiscal.
La senadora lo restringe a indigentes sin ninguna otra contraprestación, un concepto similar al del bono de Massa. El monto tampoco es muy diferente: el proyecto de ley calculaba la canasta alimentaria de una persona, que a mitad de año estaba en 13 mil pesos.
Los 45 mil del bono son por única vez este año, pero el kirchnerismo y las organizaciones sociales pedirán renovarlo en 2023, otra tensión con el ministro que se viene.
Por lo pronto, el presupuesto no tendrá problemas en ser sancionado, en una sesión prevista para el jueves 17 de noviembre.
El apoyo radical dejó al ministro ante un récord: los 180 votos de Diputados son la mayor cifra para un presupuesto en 8 años, porque si bien siempre hubo oposiciones capaces de colaborar, no siempre quisieron votar en bloque a favor. La UCR, este año, está dispuesta.