Una obra inédita de Frida Kahlo, el dibujo en un violín y la dedicatoria al dorso del instrumento musical al que fuera su amante, León Trotsky, político revolucionario ruso y una de las figuras más relevantes de la Revolución de octubre de 1917, creador del Ejército Rojo y opositor de Stalin, podría valer 50 millones de euros en una próxima subasta, según expertos españoles que realizaron las pericias.
Según el peritaje realizado en Madrid, España, el violín es una obra inédita de la artista latinoamericana más cotizada del mundo y figura icónica del siglo XX -que pintó 143 obras de las cuales 55 son autorretratos-, que con esta pieza excepcional y única desde el punto de vista histórico y artístico, destaca el medio español El Mundo, puede superar los 34 millones que alcanzó Diego y yo (1949), cuando salga a subasta.
En noviembre de 2021 la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York vendió el autorretrato de pequeño formato Diego y yo (1949) en 34.883.000 millones de dólares, marcando un nuevo récord latinoamericano, cuadro que fue adquirido por Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Este último autorretrato pintado por Kahlo (1907-1954) antes de su muerte, en el que aparece el rostro de su marido Diego Rivera como un tercer ojo en medio de su frente, revela la obsesión y el sufrimiento de la artista, así como la tempestuosa relación matrimonial que tenían.
La obra inédita es un violín policromado pintado a mano y dedicado por la artista al revolucionario ruso, que estuvo exiliado en México junto a su esposa en 1937 y que fuera asesinado en 1940 por el español Ramón Mercader. Lev Davídovich Bronstein (1879-19440), más conocido como León Trotsky, fue uno de los estrategas de la revolución rusa de octubre de 1917, organizador del Ejército Rojo y opositor al curso político tomado por Stalin tras la muerte de Lenin (1924).
Por casi dos años se hospedó en la casa de Rivera y Kahlo -pertenecientes al partido comunista- en Coyoacán, conocida como La Casa Azul. Fue un tiempo en que Kahlo y Trotsky mantuvieron una estrecha relación y fueron amantes, tal vez, como una venganza por parte de Frida al descubrir la aventura amorosa de Rivera con su hermana menor.
Frida insinúa un rostro en el cuerpo del instrumento musical -con ojos y boca- y escribe en la dedicatoria del violín que regala a Trotsky: “Prochilas: un hombre sin Patria es como un viejo violín sin cuerdas, espero que muy pronto recupere su Patria, su hogar, su ideal y su lucha y vuelva a ser el director de la Historia mundial. Atentamente Frida Kahlo’‘; mientras que en la otra cara están dibujadas dos mariposas y entre ambas un sol con el símbolo de la hoz y el martillo.
Nacida en 1907, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue una pintora mexicana cuya obra es mayormente autobiográfica. Se casó con el gran pintor y muralista Diego Rivera en 1929 y en 1940, para volver a separarse de manera definitiva. A los 19 años (1925) tuvo un accidente en autobús por el que se tuvo que intervenir quirúrgicamente más de 30 operaciones quirúrgicas a lo largo de su vida, con gran padecimiento físico. Su obra alcanzó fama después de su muerte, a partir de 1970, y continúa proyectándose.
El peritaje del violín estuvo a cargo del estudio de abogados Gallego y Sánchez Rollón que coordinaron el equipo de peritos y técnicos que atestiguan que se trata de una obra de Kahlo. La autenticidad caligráfica estuvo certificada por Guillermo Pastor Vázquez, presidente de la Asociación de peritos calígrafos de España y una empresa de ese país confirmó en un estudio de pigmentos que fue pintado en la década de 1930 y que algunos de los colores empleados solo se utilizaban en América Central.
“La aparición de este violín se ha llevado con muchísima discreción, pero en cuanto se conozca su existencia le van a salir muchas novias. Entre ellas, el Gobierno mexicano, que puede reclamar por qué ha salido del país, cómo llegó a manos de quien ha llegado… El actual dueño tiene los títulos de propiedad en su poder, pero habrá polémica, eso seguro”, anticipó a la prensa Gallego.
Fuente: Télam