Cillian Murphy regresa a Peaky Blinders con una película y dos nuevas temporadas que prometen revivir la historia del clan Shelby. Pero detrás del imponente Tommy Shelby hay secretos y desafíos que pocos conocen sobre cómo el actor irlandés logró construir uno de los personajes más complejos y admirados de la televisión.
Peaky Blinders trascendió las fronteras de la televisión para establecerse como una épica criminal de culto, cimentada en la visión cinematográfica de su creador, Steven Knight. La serie no solo narró la historia de los gánsteres de Birmingham tras la Primera Guerra Mundial, sino que exploró la ambición, el trauma y la búsqueda de redención en un contexto social devastado.
A lo largo de seis temporadas, la historia giró en torno a la familia Shelby, encabezada por Tommy, quien pasó de ser un excombatiente a convertirse en una figura política temida y respetada. Su ascenso fue guiado por la inteligencia, la frialdad y la determinación que definieron a este antihéroe moderno.
Pero más allá del guion y la estética inconfundible, el corazón de Peaky Blinders fue siempre Cillian Murphy. El actor irlandés transformó a Tommy Shelby en una leyenda de la cultura popular. Su interpretación fue una lección de sutileza: un personaje que casi nunca levantaba la voz, pero transmitía poder, dolor y peligro en cada gesto.
Su mirada distante y su tono pausado crearon una presencia magnética que convirtió a Tommy en mucho más que un gánster: en un símbolo de trauma, liderazgo y contradicción. A pocos meses del regreso de la franquicia, repasamos tres curiosidades que revelan cuánto trabajo y sacrificio hubo detrás del personaje.
Aunque hoy resulta imposible imaginar a otro Tommy Shelby, Cillian Murphy no fue la primera opción. Durante la preproducción, el equipo consideró a Jason Statham para protagonizar la serie. Sin embargo, Steven Knight, su creador, cambió de opinión tras reunirse con Murphy. El resultado fue una de las decisiones más acertadas de la historia televisiva: el irlandés logró darle una profundidad emocional única al personaje, convirtiéndolo en una figura icónica.
El actor confesó que su preparación fue todo un desafío. “No soy una persona muy imponente físicamente. Así que tuve que tomar muchas proteínas y levantar mucho peso. Hacer pesas y todas esas cosas. Eso requiere de cierto tiempo, lo cual odio”, reveló Murphy entre risas. Además, debió modificar su acento nativo de Cork para adaptarse al de Birmingham, lo que implicó meses de trabajo vocal y entrenamiento con coaches especializados.
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Uno de los sellos más característicos del personaje es su constante cigarrillo en mano. Sin embargo, esto se convirtió en un verdadero problema para Murphy: durante las primeras dos temporadas, llegó a fumar más de 3.000 cigarrillos, y al final del rodaje ya había superado los 6.000. Afortunadamente, en las últimas entregas comenzaron a usar cigarrillos orgánicos sin tabaco ni nicotina.
Cillian Murphy no solo construyó a Tommy Shelby, sino que lo habitó en cuerpo y alma. Su entrega, su trabajo físico y su precisión interpretativa convirtieron a Peaky Blinders en una serie inolvidable. Y ahora, con el esperado regreso en formato película y nuevas temporadas, los fanáticos podrán volver a sumergirse en el oscuro y fascinante universo de los Shelby.
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