La Cámara de Diputados debatirá esta semana un rescate a los deudores hipotecarios bajo el sistema de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) y aunque todos los bloques tienen proyectos presentados el resultado de la negociación es incierto, porque hasta ahora nadie quiere ceder.
El miércoles a las 12 habrá un plenario de las comisiones de Presupuesto y de Finanzas para buscar un consenso y a las 14 está vigente un pedido de sesión especial del diputado radical Julio Cobos, uno de los principales militantes del tema.
Tiene la firma de otros 40 diputados de todos los bloques, entre ellos la mayoría de los mendocinos, presionados por los deudores locales que consiguieron un fallo de la justicia federal para modificar la actualización de los créditos UVA por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS). Cobos no quiso bajar la sesión y puso como condición un consenso escrito para dictaminar el miércoles.
El jefe del oficialismo Germán Martínez sólo le garantizó la continuidad de un debate en comisiones, que hasta ahora es similar al de la ley de alquileres: sobran propuestas pero no es fácil garantizar un texto que mejore la situación de los deudores y sí es seguro que los Bancos reaccionarán con menos créditos. De esta manera, se teme que el remedio resulte peor que la enfermedad.
El debate tiene en vilo a 120 mil familias de todo el país que accedieron a los créditos UVA entre 2017 y 2018, se organizaron en cada provincia y presionan a sus legisladores. Sus deudas acumulan un incremento de 675%, porque la UVAs se actualizan diariamente en función del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), basado en la evolución de los precios medida por el Indec.
Los deudores accedieron a estos créditos a partir de una fuerte promoción del Gobierno de Mauricio Macri y si bien la morosidad es baja, relatan que los esfuerzos para pagar no tienen límites. Además, se resisten a estirar el plazo de su hipoteca por el resto de sus vidas, que es la opción propuesta por los Bancos para bajar el valor de las cuotas.
El sistema UVA nació con diferencias en JxC (por entonces se llamaba Cambiemos y era la coalición del Gobierno) que se mantienen y complican un acuerdo. Hay proyectos del interbloque opositor para modificar el sistema, pese a que los ex funcionarios que lo implementaron aún lo defienden y cuentan con aliados en el Congreso como Martín Tetaz, de Evolución radical. Destacan que el valor de las propiedades creció junto a las deudas y eso es bueno, aunque pagarla cueste mucho y lleve cada vez más tiempo.
En el Frente de Todos hay consenso en buscar una salida, pero por presión del ministro de Economía Sergio Massa los proyectos dejan claro que de ninguna manera el salvataje puede incluir un aporte de fondos del tesoro nacional.
Aunque prefieren no repetirlo con micrófonos encendidos, en el oficialismo entienden que esas 120 mil familias firmaron un contrato con los Bancos y por lo tanto un subsidio estatal para garantizarles su propiedad, además de un gasto público, sería injusto con quienes no confiaron en las UVAs de Macri y siguen alquilando.
El oficialismo quiere actualizar las cuotas de los créditos con la variación de los salarios que mide el Ministerio de Trabajo. En JxC hay proyectos que eligen el CVS que mide el Indec. Cobos insiste con el valor de la construcción. Habrá comisión y tal vez una sesión, pero el acuerdo por ahora está lejos.
Cobos no está de acuerdo con ese concepto: repite que los deudores fueron engañados y en tal caso hay una responsabilidad compartida con las entidades financieras y el Estado por el cambio de variables que disparó el valor de las cuotas.
El mendocino nunca avaló el sistema UVA, tal es así que en 2016, antes de su implementación, logró que el Congreso sancionara una ley para implementar el de Unidad de Valor Inmobiliario, el UVI, que se actualiza por la evolución del metro cuadrado de construcción.
El sistema, copiado de Chile, tiene otro beneficio: permite intercambiar metros cuadrados de las propiedades con bonos en el mercado financiero. “Una pareja joven puede poner sus ahorros y sus regalos de casamiento en metros cuadrados”, suele decir Cobos.
Pero el ex presidente del Banco Central Federico Sturzenegger ignoró las UVIs y a través de una resolución implementó las UVAs, que dejaron a 120 mil familias con ingresos menguados de por vida.
Aun cuando los tomadores de los créditos reclaman una revisión, el ex vice del Central, Lucas Llach, y el ex titular del Instituto de la Vivienda Iván Kerr, las defendieron durante un plenario de comisiones del año pasado.
“Si queremos que el deudor pague menos de lo que se comprometió a pagar, estamos diciendo que haya pocos incentivos para el prestamista”, dijo Llach y fue cruzado por Cobos como si fuera un duelo de dos fuerzas políticas antagónicas. Los deudores escucharon el debate e intercedieron a favor del mendocino.
El ex vicepresidente tiene su proyecto, que consiste en cambiar la modalidad de actualización UVA por UVI, con una tasa máxima del 5% (por encima de la variación que establezca el índice). Permite extender las cuotas si el valor supera un 10% la variación de los salarios e impide que sean mayores al 30% de los ingresos del deudor.
Para compensar el descalce, Cobos propone un fondo de estabilización con capitales de las hipotecas y aportes del Gobierno.
No es el único proyecto de Juntos por el Cambio. Graciela Ocaña y Dina Rezinovsky tienen uno para cambiar UVA por CVS y que la diferencia la pague el Gobierno. Gustavo Hein, del PRO, también pide considerar salarios para indexar y que las cuotas no excedan el 30% de los ingresos del deudor.
Mientras que el jefe del bloque PRO Cristian Ritondo presentó otro proyecto para actualizar por CVS con la aclaración que ese índice no sea tomado en cuenta si supera el CER.
No es un detalle menor, porque el CVS, medido por el Indec, promedia la evolución de los salarios entre las paritarias altas y bajas. De esta manera, un deudor con un sindicato débil puede ser perjudicado.
Esos son los riesgos de las negociaciones parlamentarias: se camina sobre la cornisa. Por caso, hay un dilema sobre si el valor de las cuotas se retrotrae al inicio del crédito para aplicar otro índice o si no es posible. Tal vez sea la única forma de ayudar a los deudores, pero también de declararle la guerra a los Bancos.
Por esa razón, Carlos Heller y Alicia Aparicio, los oficialistas que coordinarán el plenario del miércoles, modificaron su proyecto del año pasado, que pedía indexar por CVS, al igual que otros presentados por sus compañeros José Luis Gioja, Liliana Paponet y Marisa Uceda
En su nueva versión, proponen actualizar según la variación de la remuneración imponible promedio de los trabajadores estatales (RIPTE), que mide la evolución de los salarios de los trabajadores en función del total del personal activo.
“Si tomamos desde marzo 2016 a marzo 2022, las UVA aumentaron un 675%, mientras que el coeficiente de variación salarial de los registrados se incrementó un 608%”, explican los fundamentos del proyecto. O sea, fue casi igual.
“Además, es necesario remarcar que, si consideramos el valor tiempo del dinero, los incrementos en UVA se dan diariamente, impactando en las cuotas mensuales inmediatamente. En cambio, los incrementos salariales se dan en forma posterior, se acumulan y se dan en pocos momentos al año”, destacan los autores.
El proyecto permite una extensión del crédito tiene un tope del 25% y crea un fideicomiso para compensar los descalces a financiar con el aporte mensual de 0,01% del promedio de los saldos diarios de los depósitos en pesos y en moneda extranjera.
Heller y Aparicio aclaran que el tesoro no aportará dinero, un mensaje al Fondo Monetario Internacional, que mira las cuentas de cerca. La mayoría de las iniciativas suspenden las ejecuciones hipotecarias: las de Heller y de Ritondo, las impiden por un año.
La izquierda también aportó su proyecto: anular el sistema UVA e indexar las cuotas por un 50% del CVS y nunca por encima del 25% del ingreso familiar. No será fácil llegar a un acuerdo. Tal vez sea imposible.