En el medio del desierto patagónico, a mas de 50kilómetros de Catriel, la localidad más cercana, en el extremo norte de la provincia de Río Negro, se montó uno de los dos obradores para la construcción del gasoducto Nestor Kirchner, la obra más importante del país.
Se trata de una pequeña ciudad hecha de contenedores donde viven los 250 trabajadores que reciben, sueldan y colocan los inmensos caños que fabrica la maultinacional argentina Techint. Las jornadas laborales son de 11 horas por día durante 25 días de corrido por 5 días de descanso con un sueldo promedio de 150.000 pesos. Es el convenio de la Uocra.
“En el comedor desayunamos, almorzamos y cenamos. Hay wifi en toda la zona. Y vemos los partidos de argentina todos juntos”, cuenta Alejandro Cardones, gerente General de la obra.
Cada uno de los 48.000 caños que demandará el gasoducto pesa 5000 kilos. Son láminas de acero que el grupo Techint importa desde la filial Siat en Brasil y llegan a la planta que el grupo administra en Valentín Alsina donde se enrolan. Esas láminas ahora convertidas en caño llegan en camión hasta este obrador donde se descargan.
Las jornadas laborales son de 11 horas por día durante 25 días de corrido por 5 días de descanso con un sueldo promedio de 150.000 pesos. Es el convenio de la Uocra.
Según Cardones, máxima autoridad en el campamento, al obrador llegan 25 camiones por día. Cada camión transporta 4 caños de 6 metros cada uno. Allí se sueldan de a dos, formando un único caño de 12 metros. Así se trasladan por un camino de ripio para ser tendidos en una pista preparada previamente. Sobre esa pista se excavó la zanja de 30 metros de profundidad donde se tiran los caños. Una vez que los caños están colocados, se sueldan en la zanja por tramos.
El modelo de obra y la medida de los caños son similares a los del NordStream II, el famoso gasoducto que cruza de Rusia a Alemania, protagonista de los boicot en el marco del conflicto bélico.
Además de proveer los caños, el grupo Techint ganó la licitación de los dos primeros tramos de la obra civil, en una unión transitoria con Sacde de Marcelo Mindlin. Son 440 kilómetros. Para el tramo final de 146 kilómetros, Enarsa adjudicó a la empresa BTU. Enarsa, es la empresa estatal de energía que regula y controla la obra.
“Todos los días tenemos el parte de las empresas, no son informes semanales sino diarios”, explicó Agustín Gerez, titular de Enarsa y agregó “se viene cumpliendo con todo en tiempo y forma”.
Toda obra de semejante envergadura debe superar desafíos inesperados. Pero Cardones diferencia los “imponderables” de “otras dificultades” relacionadas al contexto macroeconómico. “La semana pasada se rompió un máquina en Valentín Alsina y tuvimos que aumentar la productividad para compensar el tiempo perdido. Ahora estamos con el cronograma al día”, recuerda.
Este nuevo gasoducto implica la ampliación de un 25% de la capacidad de transporte de gas de la República Argentina, con un ahorro de divisas por importaciones de más de 1100 millones de dólares con la conclusión de la Etapa I.
El impacto del desequilibrio macro es acaso más complejo, por los dólares que demanda la obra tanto en insumos como en máquinas. Es una tensión permanente. “Por ahora nos dieron los que necesitábamos y a cotización oficial, pero la discusión es permanente”, reconoce Cardones.
La obra es el gran legado que dejará el gobierno de Alberto Fernández en el área de energía. Luego de casi tres años frenada, ahora que se activó, recibe las previsibles visitas de funcionarios. Esta semana estuvieron además de Geréz, la secretaria de Energía, Flavia Royón; el presidente de YPF, Pablo Gonzalez y los gobernadores de Neuquén, Omar Gutierrez y de La Pampa, Sergio Ziliotto, entre otros.
Lo llamativo fue la ausencia de funcionarios de la provincia de Río Negro. “Carreras está de viaje, por eso no vino”, justificaron. Pero tampoco se acercó el vicegobernador ni ministros del gabinete provincial.
La obra es clave para aprovechar el histórico incremento de producción del megayacimiento de Vaca Muerta, que ya desbordó la capacidad de la infraestructura actual sacar el gas y el petróleo que produce. “Todavía tenemos que cubrir las necesidades que tienen nuestras refinerías, que tienen capacidad para procesar alrededor de un 10 por ciento mas entre gas y petróleo”, destaca el presidente de YPF.
Entre primavera y verano se podrá exportar gas a los países de la región. Tenemos que avanzar con el marco regulatorio del GNL para fomentar las inversiones necesarias que se requieren para aumentar la capacidad exportadora de este recurso que tanto demanda el mundo.
“Este gasoducto implica la ampliación de un 25% de la capacidad de transporte de gas de la República Argentina, con un ahorro de divisas por importaciones de más de 1100 millones de dólares con la conclusión de la etapa I. Además, el ahorro fiscal en subsidios se estima en mas de 990 millones de dólares y el aumento de regalías para las provincias productoras en 49 millones de dólares”, agrega Geréz.
Flavia Royón secretaria de Energía pone el foco en la capacidad exportadora. “Entre primavera y verano se podrá exportar gas a los países de la región. Tenemos que avanzar con el marco regulatorio del GNL para fomentar las inversiones necesarias que se requieren para aumentar la capacidad exportadora de este recurso que tanto demanda el mundo”, opina.