El Senado sancionó el presupuesto 2023 sin la presencia de Juntos por el Cambio, que se fue de la sesión en rechazo a la votación de los nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura. De esta manera, Sergio Massa consiguió el aval parlamentario para el plan económico acordado con el FMI en marzo, que contiene un déficit de 1.9 del PIB, una inflación del 60% y un dólar promedio de 269 pesos.
Y Alberto Fernández volvió a tener un presupuesto aprobado por el Congreso, luego del rechazo de hace un año que lo obligó a funcionar con una prórroga y la actualización permanente de los gastos. Si se repetía la situación, Massa no descartaba un cierre total de la administración pública, pero no hizo falta.
La sesión la presidió Claudia Ledesma, porque Cristina Kirchner ejerce la jefatura de Estado por el viaje de Alberto Fernández y en esos casos no puede participar de la sesión. El debate del presupuesto duró una hora y media, con sólo cuatro oradores y los 37 votos justos para la sanción.
“Si ya tuvieron quórum con esa mayoría pueden aprobarlo”, tranquilizó el jefe del interbloque JxC Alfredo Cornejo, en un diálogo con la TV después de abandonar el recinto.
La UCR apoyó el presupuesto en Diputados y permitió alcanzar 180 votos, la mayor cantidad en una década. En el Senado JxC no colaboró y los 37 votos justos para el quórum se lograron con tres aliados claves para el Gobierno: Alberto Weretilneck (Río Negro), Magdalena Solari Quintana (Misiones) y Clara Vega (La Rioja).
También se aprobó la prórroga por 5 años de los impuestos a las ganancias, créditos y débitos bancarios (cheque), al cigarrillo, al régimen simplificado (monotributo), bienes personales y el Fondo para Educación y Promoción Cooperativa.
“Representan entre el 30 y el 32% de la recaudación tributaria yfinancian los presupuestos nacionales y los provinciales, porque son coparticipables. Y una parte se destina al régimen previsional”, destacó el riojano Ricardo Guerra, encargado de defender el paquete económico.
Massa logró el presupuesto con las pautas acordadas con el FMI en la ley sancionada en marzo, con un déficit de 1.9 del PIB, una inflación del 60% y un dólar promedio de 269 pesos.
Enumeró otras variables del presupuesto incorporadas en Diputados como la posibilidad de revisarlo si en agosto la inflación acumulada es mayor a la prevista o la revisión de la planta de personal cada trimestre.
También hubo artículos que JxC no apoyó en Diputados e igual se aprobaron, como la tasa a los tickets aéreos, la deducción de ganancias a los camioneros, el aumento de impuestos a productos electrónicos o el blanqueo a la construcción, la prórroga de una ley que fue sancionada este año con el respaldo de una parte del PRO.
Los senadores del Frente de Todos participaron de los debates de comisión de Diputados y contribuyeron a algunas modificaciones, como el aumento de las partidas sociales o los retoques al artículo que, en su versión original, responsabilizaba a las provincias por las deudas de las empresas a Cammesa de las concesionarias.
El texto final establece un plazo de 90 días para que las empresas paguen al mayorista energético, obliga a las provincias a participar de las gestiones pero no las responsabiliza de los incumplimientos. Fue necesaria una fé de erratas para dejarlo claro.
Guerra destacó que el 64% del presupuesto son servicios sociales, el 15.5% de los gastos son servicios económicos (subsidios), un 10% es deuda pública, un 4% de los servicios de defensa y seguridad y un 5,6% lo que es Administración Gubernamental”.
Weretilneck recordó el reclamo para que los subsidios no se concentren en el área metropolitana pero agradeció las obras públicas incorporadas para Río Negro. Las negociaciones, claro está, fueron en Diputados.
La otra oradora fue Vega y el cierre lo tuvo Di Tullio, con 43 minutos la última parte a leer párrafos del último libro de Macri, “Para qué”, en el que reivindica su gestión. “Hace menos de tres años lo más grave que le había pasado a este país es que gobernó Macri”, sostuvo.
Y reconoció que hubo una tensa negociación para sumar partidas sociales en la que todos tuvieron que ceder. “Aunque haría muchas modificaciones, siento orgullo por este presupuesto y entiendo que, después del desastre que nos dejó el macrismo y la pandemia, lo que estamos haciendo es titánico”, cerró Di Tullio.