Corrían 34 minutos del primer tiempo en el clásico entre PSG y Olympique de Marsella por la Ligue 1cuando Lionel Messi se fabricó un tiro libre en el borde del área tras un pase de Mbappé. El N° 30 se dispuso a ejecutar la falta, pero antes observó el plan que tenía el arquero Pau López para evitar su conquista. Allí, inventó una “jugada de ajedrez” para desorientarlo. Y vaya si lo consiguió. De hecho, su remate dio en el travesaño y, si lo direccionaba apenas unos centímetros más abajo, se hubiera llenado la boca de gol.
López, al que la Pulga ya le había anotado tres tantos de pelota quieta en España, colocó dos hombres, uno en cada palo, para flanquearlo. Así, bloqueó dos posibles destinos de la pegada de la estrella albiceleste. Pero Messi pensó una contraofensiva. Habló con sus compañeros y empezó a ubicarlos. Mukiele, adelante del portero Fabián Ruiz, de espaldas a uno de los rivales que levantaban el paredón frente a la valla. Así, limitó su visibilidad, hecho que el guardameta reclamó airadamente ante el árbitro, que no advirtió ilegalidad en la idea.
Acto seguido, Leo pateó… Al medio, fuerte, aprovechando que su rival con guantes se hallaba tapado. Y su intento dio en el travesaño, picó frente a la línea y salió. Se trataba de una genialidad a pura picardía del astro rosarino, que se lamentó porque la pelota no ingresó rascándose el cabello, como buscando respuestas.
* Así saltó la familia Messi tras el remate que hizo temblar el arco
Instantes después, la transmisión de ESPN mostró la repetición desde otro ángulo, con una perlita extra: la reacción de Antonela Roccuzzo y la familia del capitán de la selección argentina. Casi como en una coreografía, gritaron “uuuh”, se tomaron la cabeza y dieron un pequeño salto en el palco del Parque de los Príncipes, desde donde vieron el cotejo.
Messi venía de anotar un gol de tiro libre frente al Niza, también por la Ligue 1. Y, luego de dos fechas de descanso por una molestia muscular sufrida contra el Benfica, por la Champions League, regresó en buen nivel, generando varias chances para anotar. López le tapó dos en el primer tiempo, el travesaño le negó el grito aquí descripto y, en el complemento, Mbappé lo asistió con poco ángulo, picó la pelota y se marchó apenas por encima del larguero.
Fue reemplazado a los 78 minutos por Pablo Sarabia: una buena señal para el PSG y la selección argentina. Los problemas físicos parecen haber quedado atrás con éxito. Y la magia regresó intacta.