Las tendencias indican que las empresas de todo el mundo se están desplazando masivamente hacia la nube. Según Precedence Research, proveedor de investigación estratégica, se pronostica que el valor del mercado mundial de “cloud computing” alcanzará los 1,6 billones de dólares para 2030. En 2021 se contabilizaron un total de 6,8 millones de desarrolladores nativos de la nube en todo el mundo.

Las aplicaciones nativas de la nube se crean e implementan aprovechando los sistemas distribuidos dentro de su arquitectura. Al tomar ventaja de muchos componentes separados, como los microservicios y la organización en contenedores, la arquitectura nativa de la nube hoy se considera esencial para las empresas digitales que buscan agilidad y flexibilidad, así como ahorro de tiempo y recursos.

Sin embargo, volverse nativo de la nube es más que un simple cambio en la infraestructura. Representa un cambio de mentalidad completo, un enfoque que coloca a la nube al frente de cada elección que una empresa hace para sus operaciones y procesos.

Alta agilidad y escalabilidad

Las arquitecturas nativas de la nube están formadas por muchos microservicios poco conectados que se comunican entre sí para formar la estructura de la aplicación. Esta independencia en la infraestructura significa que se pueden realizar cambios rápidamente para separar elementos sin desmantelar todo el sistema, lo que permite una infraestructura ágil y altamente flexible.

Un enfoque nativo de la nube es esencial para lograr una agilidad óptima gracias a la capacidad de escalar o reducir según la demanda. Cuando una aplicación necesita escalar, se pueden implementar automáticamente más contenedores. Por el contrario, cuando hay caídas significativas en el tráfico, se pueden desaprovisionar para ahorrar recursos y costos.

Un ejemplo de esto serían las tiendas de comercio electrónico que experimentan picos durante los períodos de descuento como el Black Friday. Ser nativo de la nube ayuda a las empresas a evitar bloqueos relacionados con el tráfico que podrían provocar la pérdida de ventas potenciales.

Las tendencias indican que las empresas de todo el mundo se están desplazando masivamente hacia la nube.

Experiencia del cliente optimizada

Esta mayor agilidad y escalabilidad no solo es una ventaja para las empresas, sino también para sus clientes. En un entorno nativo de la nube, los usuarios experimentan correcciones más rápidas y nuevas funciones, respuestas mejoradas a sus demandas y una mínima interrupción del servicio.

Esto se debe a que cuando un microservicio deja de funcionar o funciona mal, el resto de la aplicación no se ve afectado. Uno nuevo puede simplemente reemplazarlo y transportar la carga en tiempo real, brindando a los clientes la alta disponibilidad que esperan como estándar.

Reducción de tiempo y costos

Uno de los elementos más importantes de la arquitectura nativa de la nube es cómo los contenedores y los microservicios pueden funcionar como bloques de construcción y reutilizarse para otras aplicaciones.

Los desarrolladores pueden acceder a los componentes utilizados en proyectos anteriores y reutilizarlos para nuevas aplicaciones, lo que reduce los costos que de otro modo se gastarían en construirlos e implementarlos nuevamente desde cero.

Esto también genera grandes ahorros en tiempo y costos para que los desarrolladores puedan concentrarse en tareas más complejas. Por ejemplo, el proceso de prueba también se simplifica, ya que los microservicios examinados no tienen que probarse como los nuevos, lo que crea una canalización más sencilla para los desarrolladores.

Una historia de éxito del cambio a un enfoque nativo de la nube es el gigante latinoamericano de tecnología financiera Nubank, que obtuvo una eficiencia de costos del 30 % y ahora implementa 700 veces por semana desde que hizo la transición a una plataforma nativa de la nube.

Las arquitecturas nativas de nube están formadas por muchos microservicios poco conectados que se comunican entre sí.

Sustentabilidad

Ser nativo de la nube también puede ayudar a las empresas a ser más sostenibles y reducir su huella de carbono. Un componente clave de las aplicaciones basadas en la nube es que las empresas solo consumen lo que necesitan, a diferencia de los centros de datos locales, donde los servidores no siempre se utilizan por completo.

Esto significa que la naturaleza liviana de las arquitecturas nativas de la nube va de la mano con la optimización del consumo de energía de una empresa. De hecho, migrar a la nube pública puede reducir las emisiones de CO2 en 59 millones de toneladas al año, según un informe de 2020 de Accenture.

Sin embargo, la sostenibilidad no debe considerarse solo una ventaja adicional después de un cambio a la nube nativa. Más bien, arquitectos y desarrolladores Los usuarios deben diseñar sus aplicaciones con la sostenibilidad a la vanguardia.

Un informe de 2021 de CloudBolt Software encontró que el 68 % de los líderes de TI encuestados afirmaron que las iniciativas de sostenibilidad de un proveedor de la nube son un factor importante para determinar con quién harán negocios.

Los equipos pueden adoptar los principios de ingeniería de software verde para hacer que la ejecución de sus aplicaciones sea lo más sostenible posible. También pueden usar las herramientas de huella de carbono que ofrecen algunos proveedores de la nube, como Google, para que puedan monitorear con precisión su uso de la nube.

Para garantizar verdaderamente el ahorro de energía, los arquitectos nativos de la nube deben asegurarse de observar y medir el uso de energía para identificar dónde pueden ser más eficientes.

Indudablemente, volverse nativo de la nube puede transformar una empresa en lo que respecta a la escalabilidad, el ahorro de tiempo y costos, e incluso sus credenciales de sostenibilidad.

Sin embargo, los beneficios de la nube van más allá, provocando un cambio en la forma de operar de un equipo, para centrarse en la innovación, la versatilidad y la aceptación del cambio continuo.

(*) Jefe de oficina de ingeniería en intive Américas.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.

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