A partir de los cambios que introdujo la Resolución 237/2024 en su artículo 6, con el objetivo de bajar costos y ver el efecto en la inflación, la Dirección General de Aduana (DGA) quedó “dispensada” del control de la Seguridad Eléctrica; los controles se realizarán a través de un QR, en los comercios.

Mientras la Secretaria de Industria y Producción de la Nación, elabora la reglamentación que fijará las responsabilidades de los proveedores, frente a la salida de la Aduana, y la facilitación para importar vía courier, crece el interés para traer productos eléctricos o insumos en otros países.

La medida, impacta sobre productos eléctricos de baja tensión, como fichas, llaves, conectores, cables, terminales, térmicas, disyuntores, caños, cajas de conexión se traduce en un alivio en términos burocráticos y de costos, al evitar el pago de certificados.

El amplio listado, también abarca lámparas y tiras led, planchitas de pelo, aspiradoras, rasuradoras, herramientas manuales con motor eléctrico incorporado, impresoras de uso doméstico, entre otros.

La decisión de Comercio, se alinea con una de las herramientas centrales que está implementando el Gobierno para presionar a la baja los precios de los productos de consumo final y los insumos para la industria, al facilitar el ingreso de importados.

En ese sentido, en coincidencia con un alza de 24,6% en las importaciones en el mes de enero, el INDEC informó que la inflación fue de 2,2%, lo que representó el nivel general más bajo en 4 años y medio.

Menos control ¿menos precio?

Si bien la Aduana no controlará al arribo de la mercadería, el régimen de seguridad eléctrica sigue vigente y mantiene su carácter obligatorio, según la Resolución 169/2018. Actualmente, explicó Diego Groll, director del estudio GROLL Ingeniería, la certificación de productos eléctricos alcanzados por esta resolución, es obligatoria y debe realizarse a través de un organismo de certificación local.

Para los productos que deban ser exceptuados, mientras la resolución esté vigente, deberá realizarse el tramite correspondiente.

Desde el sector industrial aseguran que utilizar certificados e informes de ensayo de productos realizados por Organismos de Certificación extranjeros que tengan convenio con Argentina o con cualquiera que sea miembro del International Acreditation Forum (IAF), representa una reducción de costos lo que impactará en una baja del precio final del producto.

El sello de Seguridad Eléctrica será reemplazado por un QR y los controles recaerán en la comercialización

Entre los “pro” se destaca el ahorro en certificación y sus actualizaciones; disminución de tiempos y cantidad de trámites; facilitación, para el ingreso de nuevos productos extranjeros al mercado.

Entre las “contras” la industria pone la mira en el control ex-post, es decir, cuando el producto ya está ingresado al mercado, ya sea nacional o importado a través de un QR “de difícil implementación y trazabilidad”.

“Si fuera importado no se controlará su seguridad eléctrica en la Aduana, ingresa directamente al país, estando rápidamente disponible a los consumidores en los diversos canales de comercialización”, explicó un referente de la actividad.

Agilidad y riesgo latente

El proceso de importación se agiliza ya que al momento de realizar el  despacho, “no se deberá presentar ningún certificado ni comprometer ningún número de trámite, ni presentar ningún documento; simplemente,  responder unas preguntas en el sistema Malvina”, explicó a El Cronista un asesor en intervención de terceros organismos del Centro de Despachantes de Aduana (CDA).

Luego, una vez que la mercadería ingresó al país, la fiscalización estará a cargo de la Secretaría de Industria y Comercio, a través de la Dirección Nacional de Reglamentos Técnicos. “Lo podrán hacer de forma presencial, llegando a tu empresa por medio de un inspector, o mediante una notificación en  TAD”, agregó.

“Si el producto no cumple con las exigencias normativas, serán sancionadas las empresas responsables de su comercialización”, indicó y alertó que “lamentablemente los consumidores que lo adquieran se verán perjudicados y las empresas competidoras sufrirán la competencia desleal”.

Para que la fiscalización de mercado sea efectiva y no incremente los riesgos en la comercialización, los fabricantes indican que “el Estado debe invertir en recursos humanos capacitados y tecnología adecuada”.

“En la medida que no haya controles aduaneros, muchas empresas se van a aventurar a querer importar mercaderías sin seguridad eléctrica y esto puede representar un riesgo, claramente”, indicaron del CDA. Sin embargo, estimaron que puede ser un número “marginal” por las sanciones. 

En sintonía, la industria local de eléctricos, que acumula números negativos en 2024, pone la expectativa en la recuperación del sector de construcción que “podría empujar el sector de baja tensión a una recuperación”.

Según un informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), la actividad metalúrgica tuvo un crecimiento en enero de 1,2% mensual, aunque sufrió importantes bajas en sectores estratégicos. La capacidad instalada, inició 2025, con una caída de casi 5 puntos porcentuales contra diciembre, ubicándose en el 47,6%.

“Si bien los indicadores muestran una recuperación, es importante remarcar que la comparación se realiza sobre un período de profunda contracción, con una caída acumulada del 12,1% en 2024”, explicó Elio del Re, titular de Adimra.

Por su parte, la construcción, con la obra pública desfinanciada, cerró el 2024 con una retracción acumulada del 27,4%.