Donald Trump está considerando imponer aranceles de alrededor del 25% a las importaciones estadounidenses de autos, medicamentos y chips, en un adelanto de los próximos pasos de una guerra comercial en rápida escalada.

El presidente de Estados Unidos afirmó el martes que estaba analizando imponer aranceles de “en torno” al 25% a las importaciones de autos y de al menos ese nivel a los productos farmacéuticos y chips.

“Serán del 25% y más, y subirán muy sustancialmente a lo largo del año”, dijo Trump, en referencia a los chips y los medicamentos. La posibilidad de aplicar aumentos adicionales a lo largo del año está pensada para dar a las empresas “una pequeña oportunidad” de trasladar sus operaciones a EE.UU.

El presidente añadió que “probablemente” daría los detalles finales sobre los aranceles a los autos el 2 de abril, fecha en la que había indicado previamente que entrarían en vigor.

Estos comentarios supusieron la última ola de medidas lanzada por Trump en su intento de remodelar la relación comercial de EE.UU. con el mundo. Se produjeron mientras una delegación de la Unión Europea (UE) llegaba a Washington en un intento de evitar una nueva escalada.

Trump ya ha anunciado aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, que entrarán en vigor el mes que viene, y ha impuesto a China un gravamen adicional del 10%. Este mes, tras alcanzar acuerdos de última hora con sus vecinos norteamericanos, el presidente retiró sus planes de imponer nuevos aranceles del 25% a Canadá y México.

El presidente también apuntó a la UE el martes. Mientras el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, aterrizaba en la capital estadounidense para tres días de conversaciones, Trump repitió sus quejas sobre la magnitud del déficit comercial y reiteró sus planes de imponer aranceles recíprocos al bloque.

“La UE ha sido muy injusta con nosotros”, afirmó Trump. “No compran nuestros autos, no compran nuestros productos agrícolas, no compran casi nada, compran muy poco. Y vamos a tener que arreglar eso”.

Trump sugirió que la UE ya había acordado recortar los aranceles a las importaciones de automóviles estadounidenses, lo que demuestra que la amenaza de reciprocidad está funcionando.

Funcionarios europeos habían indicado previamente que el bloque estaba dispuesto a rebajar su impuesto a las importaciones del 10% a un nivel cercano al 2,5% que cobra EE.UU. Pero Bruselas dijo el martes que aún no se había alcanzado ningún acuerdo.

“Ninguna de las partes ha hecho una oferta específica para rebajar los aranceles. Cualquier reducción de los aranceles debe ser mutuamente beneficiosa y negociarse en un marco justo y basado en normas”, declaró la Comisión Europea.

Y añadió: “La UE mantiene su compromiso de profundizar en las relaciones comerciales transatlánticas y abordar las preocupaciones arancelarias mediante un diálogo constructivo”.