Este sábado Javier Milei abre las sesiones ordinarias del Congreso. Marzo arranca a pleno con la campaña electoral. El horizonte se corrió con la suspensión de las PASO, dado que la inscripción de frentes electorales -clave para el eventual acuerdo LLA y el PRO. se pasó para fin de agosto. CABA rompe la monotonía con las elecciones de mayo. Horacio Rodríguez Larreta le quitará más votos a Jorge Macri o a Daniel Santoro. Raro lo del ex jefe de gobierno porteño: tanto criticar a Javier Milei termina colaborando con LLA dado que divide al enemigo.

El blindaje de la economía es clave para el equipo económico en la previa de los comicios. Como sucede en todos los gobiernos, nadie quiere recalentamientos del dólar. Por ello es clave el acuerdo con el FMI para recomponer las reservas negativas del BCRA. Recuérdese esa negatividad proviene de la última elección presidencial, en las que se utilizaron hasta los dólares de los ahorristas que estaban depositados en bancos. Marzo llega con olor también a la cosecha de soja, que alivia al gobierno por dos frentes: dólares para reservas y también pesos para el fisco por las retenciones a las exportaciones. Se vienen los meses de la dulzura. además se suman vencimientos de los impuestos a los Bienes Personales y Ganancias.

Javier Milei

Del lado del FMI, una novedad es el cambio en el representante del organismo en Buenos Aires. Se trata de Max Alier, un costarricense que se graduó en Chile y completó el doctorado en UCLA. Conoce a la Argentina de haber negociado en 2001 el acuerdo con el gobierno de De la Rúa. Es recordado como muy inflexible por los negociadores argentinos de esos difíciles años para ambos contendientes. Alier luego pasó por Brasil e integró misión en Trinidad Tobago. Abrió un paréntesis en el FMI al desempeñarse unos meses en el extinto Lehman Brothers para luego pasar por Ucrania, Angola, Guinea Bissau y Sudáfrica. Reemplaza al inglés Ben Kelmanson, anterior “senior resident representative”, una suerte de embajador del FMI en el país. Como tal, su función pasa por enviar información a Washington, reunirse con funcionarios y economistas, y “cortar y pegar” noticias locales. Las grandes decisiones no las tomará Alier. Vienen marcadas de Washington.

¿Cómo es el cronograma del anuncio del acuerdo? La teoría indica que lo que se debe anunciar en marzo es el “Staff Level Agreement” ad referéndum del Directorio del FMI. El mismo contiene la clásica carta de Intención con las promesas de medidas que adoptará el Gobierno argentino. Al tratarse de un Acuerdo de Facilidades Ampliadas, o EFF, por su nombre en inglés) la duración es de hasta 10 años para el pago de la deuda. Luego, este acuerdo va al directorio, aunque nunca se tiran a la pileta sin antes haber tanteado la profundidad. En estos días se están haciendo contactos con los principales accionistas del Board para escudriñar el voto que darán y si hay objeciones a los fondos adicionales a otorgar al país.

En teoría, desde el Staff Level Agreement y con la carta de Intención de la Argentina, el gobierno puede enviar el mismo al Congreso para su aprobación, trámite marcado por el ex ministro Martín Guzmán, temeroso entonces de firmar por su cuenta un acuerdo. Lo curioso es que el acuerdo de Guzmán sobrevivió gracias al PRO que lo votó cuando en paralelo el kirchnerismo con Máximo a la cabeza se negó.

Pruebas de amor

¿Habrá prior actions solicitadas al gobierno? Son muestras de amor que exige el FMI antes de dar el visto bueno. Una de ellas, es cantada, y será -al menos- un calendario del permiso para empresas de girar dividendos al exterior. es una de las posibilidades. Otra condición que bien podría surgir del PRO para dar el visto bueno al entendimiento es que se envíe al mismo tiempo el proyecto de ley de Presupuesto 2025. Aunque sea una mera formalidad. Seguramente el PRO cobrará de alguna manera esa luz verde al FMI, más en épocas de tensión entre las partes y en medio de la puja electoral.

Recuérdese que el FMI no pone estrictamente en el acuerdo la exigencia de una devaluación. Lo hace indirectamente a través de la meta de acumulación de reservas. Si es muy exigente, refleja la impresión del FMI de que hay que corregir el tipo de cambio. Pero antes de las elecciones no habrá nada. Quizás ese apriete en la meta de reservas pase para el 2026, con la liberación prometida por Javier Milei de las restricciones cambiarias.

¿Y el dólar blend? Ahora en el plan de blindar la economía en la previa electoral, y más en época de cosecha de soja, no habría espacio para eliminarlo. Sería un ganarse a un enemigo reducir el tipo de cambio de exportación. ¿Larga vida al blend? La brecha cambiaria no debería subir en este sendero a las legislativas de octubre con las tasas en pesos que le ganan al crawling. Hay un dato a tener en cuenta: en el examen del programa de la Argentina con el FMI en la gestión de Mauricio Macri, se destacó que la falta de un control de capitales complicó el resultado del programa. Esto significa que no es tan una mala palabra el cepo. Todo depende de cuándo.

Imagínese lo que hubiera sucedido el lunes posterior al caso Libra con el dólar sin cepo. En el blindaje económico en estas elecciones, es clave. Cualquier político en el lugar de Javier Milei lo mantendría. Sino sería una invitación al suicidio político.

El camino a octubre luce bastante pavimentado. La economía puede crecer para le fecha del comicio al 6% y la inflación ser de 1% o quizás una décima menos. Por eso, está la prudencia del Gobierno a la hora de mover las piezas. La suspensión de las PASO obliga a definiciones cuando mejor esté la economía y por ende el respaldo de la sociedad.

Hay alguien en el gobierno que juega bien al ajedrez.