Luego de que la Municipalidad de Vicente López presentara un pliego, en enero pasado, para renovar la Plaza Vicente López y Planes, ubicada en la manzana de las calles Juan Bautista Alberdi, Salta, Ricardo Gutiérrez y Hernán Wineberg, por un presupuesto oficial estipulado de $1.350.000, los vecinos se reunieron este domingo para mostrar su posición en contra de dichas reformas y la defensa del patrimonio histórico y natural, bajo el concepto de “No a las obras inconsultas e innecesarias”.
La asamblea que surgió por la convocatoria de grupos vecinales y ambientalistas se debe a que, según comentaron, la licitación que se abre este lunes no fue consultada ni con los residentes de la zona ni con especialistas.
Se trata de una ubicación estratégica en el barrio: ubicada a pocas cuadras de la avenida Maipú, arteria comercial de la zona, a 400 metros de la Municipalidad de Vicente López, y en frente de la Parroquia Jesús en el Huerto de los Olivos, un lugar histórico y clásico de Olivos. Tiene una superficie de 7410 metros cuadrados, y la caracteriza el verde, la fuente, un árbol de olivo traído en 2013 del “retoño de Jerusalén”, según la placa conmemorativa.
Flavia Affanni es vecina y organizadora de la juntada y parte del grupo Por Vicente López, que trabaja en conjunto con Movida ambiental Vicente López, quienes organizaron un abrazo a la plaza y que, tras los discursos, cerró al ruido de aplausos y “la plaza no se toca”.
Esta medida convocó a más de 50 vecinos de la zona que vinieron a presentar su postura en contra de lo que consideran una medida extrema, tanto por el monto estipulado, que, dicen, podría destinarse a prioridades sanitarias, como lo que podría implicar el levantamiento del espacio verde y perjudicar, por el cierre previsto para las obras, una paralización de seis a ocho meses, según contaron los vecinos.
A Affanni le llegó el pliego en enero. Cuando lo leyó, encontró que va a estar cerrada por esa cantidad de meses en búsqueda de “ampliar los caminos y poner más cemento”, explicó. Para esto van a cortar raíces de árboles y sacar arbustos, aunque supuestamente después los volverán a poner. También quieren levantar una fuente. Lo que sostienen es que los arreglos son necesarios, por ejemplo, en el sector de juegos, el piso “está mal”. De hecho, estos grupos presentaron propuestas a la intendencia por este motivo. Pero también pidieron que se mantenga el césped, “que es mucho más sano y va contra el fenómeno de isla de calor”.
Básicamente, sostienen, los vecinos piden una mesa de diálogo para plantear necesidades y problemas. “Objetamos que, siendo una plaza histórica, no se consultó a ninguna institución del distrito”. Después de presentar el pedido, la intendencia a cargo de Soledad Martínez, se reunió con la parroquia, pero siguió sin acercarse a agrupaciones vecinales. Por esto, la intención de esta tarde fue “un abrazo para hacer visible esto, para los vecinos que traen a sus hijos a jugar acá, la gente mayor que viene a disfrutar, en un contexto con pocos espacios verdes”.
Respecto del monto de fondos que se destinarán a las obras, aseguró que es innecesario esa cantidad . “Sí falta mantenimiento, teníamos dos placeros y sacaron uno por cuestiones económicas. Pero en el hospital, por ejemplo, hay salas de ocho personas con un solo baño. Se había proyectado una salida de emergencias que la dejaron por problemas económicos, es escandaloso”, agregó.
“Voluntad de diálogo”
Si bien hay una cuestión política de fondo, los vecinos aseguraron que no es partidario, que si algo está bien, lo apoyan. “Nuestra voluntad es el diálogo. Le escribimos a la intendenta, algo seguro tendremos que ceder, pero no pueden tocar una plaza sin consultar a las instituciones y vecinos”, remarcó.
“Hay prioridades. La plaza podría tocarse un poco, pero no es prioridad a nivel arquitectónico. Estamos de acuerdo en que se mejore, pero no que se levante toda. Van a pasarla mal los feriantes [que se juntan los fines de semana en la plaza a vender]. Es todo un combo de consecuencias que se pueden evitar”, comentó Claudia, vecina de la zona que prefirió no dar su apellido.
Nancy vive hace seis años en Olivos, Laura la acompaña seguido por el lugar, viene a la parroquia. En diálogo con LA NACIÓN destacaron que hoy, sobre todo de día, hay una movida gastronómica importante que puede verse afectada por el cierre de la plaza, si durara el tiempo que se plantea. “Uno ve ese monto de dinero y ese tiempo, y asusta”, dijo Nancy. Ellas están en contra de que se agregue cemento, de que se cambien los bancos, de que quiten árboles y el olivo que está protegidos por rejas. También que pongan un comercio gastronómico, según otros vecinos contaron, en la casita que era del cuidador de la plaza. “Parece un poco un jardín botánico. Veo tantos árboles, tanto verde. Por ahí mejorar el espacio un poco, pero que hagan un estudio de impacto ambiental, que nos pregunten qué necesitamos. Acá deciden unilateralmente cerrar, cambiar, poner más cemento”, agregó Clarissa.