
Aunque la historia oficial señala a Cristóbal Colón como el responsable de haber “descubierto” América en 1492, nuevos estudios y documentos revelan que el navegante no habría logrado concretar su travesía sin el respaldo de una figura influyente en la corte española.
Se trata de Diego de Deza, un teólogo y catedrático que jugó un papel decisivo en el inicio de la exploración atlántica.
Según una serie de cartas escritas por el propio Colón a su hijo, trece años después del primer viaje, Deza fue “la razón por la que sus altezas obtuvieron las Indias”.
¿Quién fue Diego de Deza?
Nacido en Toro en 1443, Diego de Deza fue un destacado teólogo dominico que alcanzó gran prestigio académico al convertirse en catedrático de la Universidad de Salamanca en 1479. Su influencia creció rápidamente, al punto de ser nombrado maestro del príncipe Don Juan por los Reyes Católicos.
Fue en 1486 cuando Deza conoció a Colón en Salamanca. El navegante, entonces de 35 años, llevaba seis años desarrollando su proyecto de encontrar una nueva ruta hacia las Indias. Tras haber sido rechazado por el rey de Portugal, Colón buscaba apoyo en la corte española, y Deza se convirtió en su principal aliado.
El rol clave de Deza en la expedición de Colón
Aunque inicialmente no despertó gran interés, el navegante mostró mapas y documentos que generaron cierta curiosidad. Para evaluar la propuesta, los monarcas formaron una comisión de expertos, entre los que se encontraba Diego de Deza.
La comisión rechazó el plan, ya que los Reyes estaban enfocados en concluir la conquista de Granada. Sin embargo, Deza se convirtió en uno de los pocos defensores del proyecto. En una de sus cartas, Colón escribió: “Deza fue la razón por la que yo me quedé en Castilla, cuando ya iba de camino para salir”, reconociendo que su amigo lo convenció de no abandonar el país.
Durante los años siguientes, Deza mantuvo su apoyo incondicional. Cubrió los gastos de Colón, lo alojó en Salamanca y lo ayudó a mantener viva la esperanza de conseguir el respaldo real. Su influencia en la corte fue clave para que, finalmente, se firmaran las Capitulaciones de Santa Fe, el documento que autorizó la expedición.
El encuentro que cambió la historia
Cuando Colón y Deza se encontraron en Salamanca, el primero tenía 35 años y el segundo 43. El navegante había estudiado mapas y cartografías de su suegro en Portugal, además de obras de viajeros y pensadores que lo llevaron a formular su plan para atravesar el Atlántico.
Por su parte, Diego de Deza ascendió en el ámbito académico al convertirse en catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca en 1479, tras una formación dominicana.
Aunque sus caminos eran distintos, ambos compartían una visión: la posibilidad de expandir los horizontes del mundo conocido.
Gracias a esa alianza, y al respaldo que Deza ofreció en los momentos más difíciles, Colón pudo concretar su viaje en 1492. Sin embargo, como muestran sus propias palabras, el mérito no fue solo suyo.