El obispo de San Rafael en Mendoza, Carlos María Domínguez, renunció a su cargo alegando “cuestiones personales”. El Obispado comunicó luego que Domínguez dio un paso al costado en medio de denuncias de “personas adultas” por acciones “indebidas infligidas contra ellas”. Se trataría de presuntos caso de abuso. La Iglesia informó además que dada la gravedad de los hechos se inició una investigación interna.
“En la mañana de este jueves 20 de febrero, el Obispado de San Rafael informa a la comunidad diocesana que el 3 de febrero del corriente año personas adultas han denunciado ante las autoridades competentes a Monseñor Carlos María Domínguez por acciones indebidas infligidas contra ellas, provocando la renuncia efectiva del mencionado obispo. Asumimos el compromiso de custodiar la intimidad de los denunciantes y sus familias”, se precisa en los primeros párrafos del documento.
“Dada la gravedad de los hechos declarados se ha iniciado una investigación para que se medien las acciones canónicas que corresponden conforme a los protocolos vigentes en la Iglesia. Con el compromiso de transitar este proceso con transparencia y justicia, lamentamos la herida y el dolor que esto provoca en el pueblo de Dios, confiamos que la búsqueda de la verdad ayude a un camino de sanación”, cierra el comunicado, difundido en la página del obispado en Facebook.
Una semana atrás, Domínguez ofrecía una explicación más vaga respecto de por qué se apartaba de su cargo. “Por cuestiones de índole personal presenté mi renuncia al gobierno pastoral como Obispo diocesano de San Rafael al Santo Padre Francisco, a quien le agradezco su confianza cuando me nombró”, informa en principio.
“Intuyo la perplejidad que causé en todos ustedes esta noticia. Pero, créanme, esta decisión me causa un profundo dolor. Durante tres años -uno como Administrador Apostólico y dos como Obispo diocesano- me entregué con todo el corazón a esta Iglesia de San Rafael”, resalta más adelante.
Y cerró con un pedido: “Quiero darles infinitas gracias por las incesantes muestras de afecto y por sentirme siempre acompañado por la oración de todos. Recen mucho por mí que en estos momentos me hace mucha falta. Yo rezo y rezaré siempre por ustedes y por esta Diócesis a la que amo”.
Un antecesor sumido en polémicas
Domínguez era el sucesor de Eduardo María Taussig. Taussig había renunciado también tras protagonizar varias polémicas en sus 17 años a la cabeza del Obispado. Elegido como obispo hace 11 años atrás por Juan Pablo II, tomó posesión e inició el ministerio pastoral en San Rafael en octubre de 2004.
En 2020, el prelado decidió el cierre del seminario Santa María Madre de Dios, un tradicional casa de estudios de Mendoza. ¿El motivo? Discrepancias con sacerdotes que se negaban a dar la ostia en mano durante la pandemia de Covid-19. La decisión desató una ola de críticas y motivó ataques contra su persona.
Tanto así que fieles sanrafaelinos, como reconstruye Los Andes, llevaron adelante manifestaciones -con carteles que decían “Monseñor traidor”, “Lobo vestido de cordero” y “estamos huérfanos de pasto”-, lo escracharon públicamente y en redes sociales, y le pidieron que diera un paso al costado.
Lo que empezó como un conflicto mutó en un escándalo luego de que, durante una reunión en la sede del obispado de San Rafael, el padre Camilo Dib -había sido sancionado por ser partícipe en el escrache a Taussig-, se abalanzara sobre el exobispo de la ciudad mendocina y lo golpeara una y otra vez.
En enero de 2022, el papa Francisco aceptó la renuncia de Taussig. Fuentes cercanas a la Iglesia local, consultadas por LA NACION en ese entonces, revelaron que el prelado viajó a Roma y mantuvo una larga reunión con Francisco, quien le habría pedido que continuara al frente de la diócesis. “El Santo Padre lo conoce muy bien. El propio cardenal Jorge Bergoglio lo ordenó obispo en la Basílica de Luján, cuando fue designado por Juan Pablo II”, sostuvo la la fuente.
Finalmente, el sumo pontífice aceptó la dimisión. En su reemplazo, Francisco decidió que asuma interinamente en San Rafael como administrador apostólico el obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, el religioso Carlos María Domínguez, que pertenecía a la Orden de los Agustinos Recoletos.