Como efecto colateral del escándalo. En un apéndice de la mayor controversia mediática de los últimos tiempos, Maxi López cayó en un pozo, más precisamente en una telaraña de versiones respecto a la salubridad de su matrimonio con la sueca Daniela Christiansson.
El aterrizaje del blondo a la Argentina, con el objetivo de traer a sus tres hijos luego de un periodo vacacional extenso por Europa, provocó que los flashes lo apuntaran con todo. Claro el objetivo se basaba en conocer detalles de la guerra inaudita y estruendosa de Wanda Nara y Mauro Icardi.
Los rumores se multiplicaron en torno a una ruptura de la pareja, por eso todos los focos se direccionaron a los movimientos del rubio y su esposa. Así se acaba de maximizar un posteo que compartió la europea en su cuenta oficial de Instagram y en inglés.
Ahí, Daniela se animó a confirmar que padece un trance anímico muy duro, que algo se cuece en su estado emocional, que evidentemente camina por un sendero espinoso. “Hoy llorando con mi bebé“, escribió con el corazón en la mano y reconociendo que sufre por la crianza.
LA ESPOSA DE MAXI LÓPEZ GENERÓ PREOCUPACIÓN CON UNA CARTA
Más adelante, Christiansson admitió que nada en un mar de sensaciones adversas: “Sintiéndome totalmente abrumada”. Y luego explicó el origen de esa vibración: “Mamá está cansada, y mi bebé está llevando los límites, llorando también porque no entiende por qué me enojo“.
Sin pelos en la lengua, sin eufemismos, Daniela especificó que deambula por una coyuntura compleja, dado que redactó: “Es un momento difícil, pero me recuerdo que ambas estamos aprendiendo“. Todo parece circunscribirse a las particularidades de acompañar a un recién nacido.
Y para cerrar, la esposa de Maxi López confirmó que su incomodidad se remite a todas las implicancias de traer al universo a una pequeña alma. “La maternidad no siempre es perfecta, y está bien. Los momentos de #TerribleTwo son reales, pero lo importante es seguir adelante, aunque sea difícil. #demasiadoamor”, sostuvo.
