
El presidente Javier Milei ingresa desde esta semana en una doble encrucijada: la definición de los votos en la última etapa de campaña en la provincia de Buenos Aires y los movimientos de la justicia por el caso de presuntas coimas en la agencia de discapacidad que tiene al gobierno en pleno en la mira.
Ambos escenarios están conectados y tienen al presidente y su hermana Karina Milei en el ojo de la tormenta. Una victoria de los libertarios en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires dependerá en gran medida del armado electoral de LLA que elaboró la secretaria de la Presidencia y el humor social para ir a las urnas también dependerá de cuánto peso haya tenido el caso ANDIS en la sociedad.
En su acalorado mensaje ante empresarios del Consejo de las Américas, Milei deslizó una suerte de premonición negativa para LLA en territorio bonaerense. “Estamos frente a la posibilidad de terminar definitivamente con el kirchnerismo”, dijo en tono optimista. Pero de inmediato pareció cambiar de pronóstico: “el kirchnerismo va a tirar todo ahí; no se olviden que se vota de una manera distinta y van a intentar todo tipo de fraude, el voto cadena, la urna embarazada, punteros comprándose directamente los colegios, el fraude moral que son las candidaturas testimoniales y todos los intendentes tirando el aparato”, dijo.
En la Casa Rosada acompañan esa lectura con una mirada bastante pesimista de los comicios bonaerenses. Creen que el peronismo realmente podrá ganar porque volcará todo el aparato de intendentes y fondos del Estado de Kicillof. Las encuestas que le llegan al presidente hablan de una paridad en algunos distritos, pero mayor diferencia de votos en favor de Fuerza Patria en la gran mayoría de las comunas populosas del conurbano donde se concentra casi el 70% del electorado.
En las últimas encuestas salta a la vista que el tema de la corrupción es una constante que viene en aumento como preocupación ciudadana, incluso por encima de temas como aumento de tarifas. Nadie sabe cuánto efecto generará este sentimiento a la hora de ir a las urnas.
La última encuesta de Management & Fit revela que el nivel de conocimiento sobre el caso de Spagnuolo y la difusión de audios alcanza el 94,5%. A la vez, un 73,2% considera que lo sucedido es entre muy y algo grave, con mayor percepción de gravedad entre mujeres y personas con nivel educativo alto. Para el 59,2%, los audios y los hechos de corrupción denunciados en ellos son verdaderos. El 26,8% considera que la principal responsabilidad recae sobre toda la gestión, mientras que el 24,5% la atribuye a Karina Milei. Milei, Karina y los Menem concentran un nivel de responsabilidad del 60% o más.
Karina Milei durante la caravana por Lomas de Zamora
Todo este efecto negativo del caso ANDIS podría afectar al voto libertario el domingo próximo. Peor aún, se desconocen los próximos movimientos de Spagnuolo. En la Casa Rosada temen por la aparición de nuevos audios y sospechan de los movimientos muy veloces de la justicia. “Esperemos que la justicia actúe con independencia”, alertó el portavoz Manuel Adorni el día después de que el ex titular de ANDIS rechazó una propuesta del gobierno de ponerle un abogado y los fiscales salieron a la caza de allanamientos en Nordelta y en varias dependencias estatales.
Las diligencias judiciales seguirán adelante en los próximos días y no se descarta que declare Spagnuolo. Final abierto.
En la férrea estrategia de defensa que esgrimió el jefe de Gabinete Guillermo Francos ante el Congreso logró sumarse al “Triángulo de Hierro” que ahora pasó a ser un cuadrado: el presidente, Karina Milei, Santiago Caputo y el propio Francos. Ante su exposición en el recinto de Diputados, el jefe de Gabinete rechazó todas las acusaciones de corrupción, calificó como una “opereta de la casta” los audios que se desprenden de Spagnuolo y reforzó la idea de que en adelante el Ministerio de Salud se haga cargo del control de ANDIS.
El paso del presidente Javier Milei por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), que lidera Bettina Bulgheroni, dejó un sabor agridulce entre el empresariado reunido en el Hotel Alvear. Por un lado, hubo satisfacción por las explicaciones del Presidente ante la reciente suba de las tasas de interés. Desde el escenario que compartió con parte de su gabinete, insistió en que los aumentos no corresponden a una estrategia oficial, sino a lo que definió como una consecuencia de “incertidumbre y riesgo electoral” por una eventual victoria de la oposición.
La “amenaza Kuka” es el justificativo oficial a semejante descalabro en las tasas. Así, vinculó la volatilidad financiera y el precio del dinero a la situación política, en especial al proceso electoral y la amenaza de regreso de la oposición. También entre los más de 300 invitados que hubo en el Alvear quedó la satisfacción por el rumbo que expone el gobierno en materia económica.
No obstante, hubo cierto llamado de alerta del empresariado y “temores” a la política por el desenlace que puedan tener casos de corrupción como el de $LIBRA o ANDIS. Mientras Milei cree que se trata de una “gran opereta” montada desde la oposición, en un auditorio afín a la administración mileista reconocían: “Tenemos que seguir bancando”.
Una reciente encuesta a los ejecutivos de IDEA muestra una nueva configuración de prioridades entre los hombres de negocio. La opinión mayoritaria es que el principal freno a la producción son los impuestos (75%), mientras que la inflación cae al 4º lugar (18%). Sin apoyo al gobierno no habrá respuesta a estos reclamos.
En el gobierno creen que los recientes hechos de violencia desatados en Lomas de Zamora y en Corrientes podrían revertir una derrota bonaerense de LLA. Mario Grinman, titular de la Cámara Argentina de Comercio, alentó esta hipótesis. Comparó los piedrazos a Milei en la caravana del conurbano bonaerense con el cajón de la UCR que quemó Herminio Iglesias en 1983 en el cierre de campaña. Dos días después ganaba Raúl Alfonsín.
Algunos encuestadores mencionan que los hechos de violencia no favorecerán al peronismo. Pero aún es temprano para hacer esa evaluación atada a la intención de votos. Allegados al presidente abonaron esa tesis con entusiasmo.
Pero en historia las comparaciones generalmente resultan odiosas y descontextualizadas. Quizá pesa más el nerviosismo electoral y la necesidad de ganar en los comicios que los signos de la realidad. En tal caso, en una semana se desvelarán más de una incógnita en la encrucijada que se encuentra el presidente.