En una movida llamativa, y controversial, Gran Hermano embutió de golpe a ocho participantes nuevos en la casa. Otra vez se repitió la maniobra para despabilar la convivencia y tratar de tejer conflictos o nuevas situaciones para mejorar los guarismos de rating.

En ese enjambre de concursantes se destacó Saif, un joven de veinte años que nació en Egipto, pero que se radicó en Argentina. Su ingreso activó la curiosidad de los sobrevivientes, que inmediatamente sintieron curiosidad por su historia personal y lo llenaron a preguntas.

Sentados en la mesa, el africano explicó las implicancias de su religión musulmana y sostuvo: “No puedo tomar alcohol, ni comer cerdo”. Sandra Priore interrogó por un aspecto muy íntimo: “¿El sexo, está todo bien?“. Ahí, Saif confirmó la particular decisión: ”No. No me lo permiten“.

La pescadora desconfió de la respuesta y analizó: “Este es un hijo de p… que me está mintiendo en la jeta encima”. Con madurez, el nuevo reiteró: “Cada uno puede decir lo que quiera, muchachos. Pero es así”. Así, Chiara Mancuso saltó con todo: “¿Hasta cuándo no podés? Yo no quiero, nada más pregunto“.

CHIARA ENCARÓ A SAIF

Esa charla peculiar, que posee lógica por el poco conocimiento de esa elección religiosa en este país, continuó con la corroboración de Saif: “Hasta casarme”. Asombrada, la hija de Alejandro Mancuso insistió: “¿Nunca tuviste sexo?“. Mientras que Sandra exclamó: ”Es mentira. Mirá la cara”.

Una de las singularidades del caso se centró en la atracción que sintió Chiara al verlo ingresar en las entrañas de la casa, por eso se interpreta que desea acercarse y construir una relación. En definitiva, tras ese diálogo, Eugenia, otra de las nuevas, asestó: “Andá a buscar por otro lado”.