El régimen de China está utilizando barcos civiles para reforzar su capacidad de desembarco en escenarios que simulan una invasión de Taiwán. Una investigación de la agencia Reuters documentó el movimiento coordinado de una flota de ferris y cargueros comerciales que participaron en prácticas anfibias en la provincia de Guangdong, lo que indicaría un ajuste en la estrategia del Ejército Popular de Liberación (EPL) para aumentar su capacidad de transporte y acceso a múltiples puntos de la costa taiwanesa.
Expertos en defensa consultados por la agencia concluyen que estos ejercicios forman parte de planes concretos para ampliar el alcance y la velocidad de una posible operación militar.
De acuerdo con la agencia, doce barcos civiles fueron identificados el 17 de agosto de este año en sus zonas de origen frente a la costa china antes de dirigirse hacia una playa cercana a Jiesheng, donde se ubica una instalación militar. Reuters rastreó sus trayectorias mediante señales de transpondedores y verificó cada posición con imágenes satelitales. Un análisis de los registros mostró una ruta con paradas en varios puertos.
La flotilla estaba conformada por seis ferris roll-on/roll-off, empleados en rutas comerciales para el transporte de vehículos, y seis cargueros de cubierta abierta, utilizados para trasladar materiales pesados. El desplazamiento final se produjo después del anochecer. En un lapso de seis horas, los doce barcos se acercaron a la costa bajo condiciones de baja visibilidad. Reuters trabajó con la empresa BlackSky Technology para examinar esa fase de acercamiento y las actividades ocurridas a la mañana siguiente.
Las imágenes obtenidas entre las 8:41 y las 12:44 mostraron una operación de desembarco en pleno desarrollo. En una de ellas, un carguero descendía vehículos directamente sobre la arena mediante una rampa instalada en su estructura. Según Reuters, se trata de la primera documentación visual de un barco civil descargando equipo en una playa durante ejercicios del EPL.
La agencia compartió el material con diez especialistas en guerra anfibia —cinco en Taiwán y cinco en Estados Unidos—. Todos coincidieron en que el EPL está probando naves que no habían sido incorporadas en simulaciones previas.
El ex jefe de las fuerzas armadas taiwanesas, el almirante Lee Hsi-min, señaló que estas embarcaciones “permiten ampliar la cantidad de equipo que puede moverse al mismo tiempo y multiplicar las opciones de desembarco”. El militar añadió que el uso de barcos más pequeños, como los observados en agosto, contrasta con ejercicios anteriores que involucraban naves de mayor porte.
En total, más de 100 barcos civiles vinculados a operadores que participan regularmente en maniobras chinas fueron monitoreados. Este conjunto de naves, descrito por Reuters como una “flota paralela”, podría aumentar de manera significativa el número de efectivos y suministros movilizados en un escenario real.
El contenido de estas prácticas se alinea con una tendencia observada en exhibiciones públicas del EPL. En septiembre, durante un desfile militar en Beijing por el aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, China presentó vehículos de asalto anfibio capaces de operar en un eventual intento de tomar Taiwán. Aunque el presidente Xi Jinping no mencionó el tema, la agencia de noticias recordó que el control de la isla sigue siendo una prioridad para el gobierno chino.
Beijing sostiene que Taiwán forma parte de su territorio. “La cuestión de Taiwán es puramente un asunto interno de China”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores chino. La declaración agregó que el país está dispuesto a buscar “la perspectiva de reunificación pacífica”, pero no permitirá que ningún actor “separe Taiwán de China por cualquier medio”.
Taiwán rechaza esa postura. El ministro de Defensa isleño, Wellington Koo, reafirmó en septiembre que la isla mantiene vigilancia constante sobre la actividad naval china. “Monitoreamos de cerca cómo apoyan operaciones militares”, declaró a través de comentarios citados por Reuters. Koo añadió que la isla ya elaboró “planes de contingencia” ante cualquier intento de desembarco.
Los expertos destacan que la logística es un factor crucial en cualquier operación militar de gran escala. El general retirado del Cuerpo de Marines de Estados Unidos Wallace Gregson explicó que los barcos civiles podrían transportar “mercancías, munición, combustible y suministros que requieren movimiento masivo”.
El futuro de un ataque chino también depende del papel de Estados Unidos. Washington mantiene una política de apoyo a la capacidad defensiva de Taipéi.
“La política de los Estados Unidos es mantener la capacidad defensiva de Taiwán en relación con la de China”, dijo un portavoz de la Casa Blanca.
“También agregó que, según declaraciones previas, “el presidente Xi Jinping no atacará Taiwán mientras el presidente Trump esté en el cargo”.
Las maniobras reveladas por Reuters brindan una imagen precisa de cómo China está adaptando recursos civiles con fines militares. Los expertos consideran que esta combinación ampliaría su margen operativo en un escenario de conflicto y complicaría la respuesta defensiva de Taiwán.
Cualquier conflicto mayor podría desencadenar crisis económicas globales y plantear dilemas geopolíticos no solo para Estados Unidos sino también para Japón, Filipinas y otros aliados regionales.
Mientras tanto, las agencias de seguridad nacional en Taipei y Washington evaluarán cómo adaptar sus propios dispositivos de disuasión frente a la evolución de la llamada “flota sombra” china, que se convierte en un elemento central de debate en la seguridad del Indo-Pacífico.