
¿De lejos se ve más claro, como cantaba Juan Manuel Serrat? ¿Y de cerca nadie es normal, como consagró Caetano Veloso? La cuestión excede la poesía. La perspectiva cuenta. En el arte y en la vida misma. Y esas preguntas adquieren más sentido en estos días en lo que las relaciones (¿carnales, comerciales, fraternales, ideológicas, desesperadas?, vaya a saber) entre los gobiernos argentino y estadounidense, han llegado a un nivel de estrechez inédito. Dudas, conveniencias probables, juicios, prejuicios y perjuicios posibles. Todo está bajo la lupa.
Para tener en cuenta el contexto vale la encuesta del prestigioso Pew Research Institute, cuyo último sondeo de 2025 revela que “en muchos países (no en todos) las opiniones sobre EE.UU. se han vuelto más negativas” desde el año pasado. La caída más notable se ha dado en México, donde el 62 % de los consultados tiene una opinión “desfavorable”. En cambio, en la otra punta del continente, el 52% de los argentinos tienen una opinión favorable. ¿Será cierto aquel viejo axioma popular mexicano que dice que su problema es que están “demasiado lejos de Dios y demasiado cerca de los EE.UU.”? Tal vez pronto podremos dilucidarlo. La cercanía o la lejanía no solo tienen una dimensión física.