
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- A través del análisis de diversos factores como la temperatura del agua, la salinidad y concentración de oxígeno en el Canal de Beagle, un trabajo de expertos del Conicet podría dar paso al primer cultivo de mejillones a escala industrial, en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego.
Liderados por Irene Schloss, experta en oceanografía biológica, diversos especialistas del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) de esa ciudad estudian las condiciones ambientales donde se produce el cultivo natural de mejillones, cerca de Puerto Almanza, y otras zonas donde podría desarrollarse esta incipiente industria. La especie cultivada es autóctona del Canal de Beagle y ofrece un gran potencial en la producción acuícola para la región.
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El servicio de prospección se desarrolla en el marco de un Servicio Tecnológico de Alto Nivel (STAN) solicitado por la empresa Newsan Food, que desde hace 15 años se dedica a la producción pesquera en la provincia de Tierra del Fuego y en los últimos 5 años comenzó con la industria acuícola orientada al abastecimiento del mercado interno en un proyecto de desarrollo sustentable. En febrero pasado, la compañía liderada por Rubén Cherñajovsky inició la primera producción nacional de mejillones a escala industrial.
“Los mejillones son organismos marinos sensibles que requieren condiciones ambientales óptimas para crecer y prosperar. Por lo tanto, comprender y evaluar el entorno en el que se planea realizar su cultivo es fundamental para el éxito a largo plazo de la actividad productiva”, advirtió Schloss.
El estudio se realiza a través de la medición y análisis de variables ambientales y biológicas clave, como la temperatura del agua, salinidad, concentración de oxígeno, de amonio, de clorofila y presencia y caracterización del fitoplancton, que constituye el alimento de los mejillones, con énfasis en la presencia de especies productoras de toxinas (marea roja) para determinar condiciones que puedan ser favorables para el cultivo de estos organismos.
“Estudiar el ambiente marino del Canal de Beagle es importante por muchas razones, pero además es bueno ver que esos estudios puedan tener un impacto real en las actividades productivas de la región más austral del continente. Cuando se trabaja en conjunto, todos ganamos, se toman mejores decisiones y la ciencia vuelve a la sociedad de manera concreta”, sumó la bióloga.
El Buque de Investigación Científica (BIC) Shenu es utilizado como plataforma de navegación: con una periodicidad mensual, esa embarcación que integra la flota del Conicet releva el hábitat marino en cinco estaciones costeras en un sector del canal de Beagle comprendido entre Puerto Almanza hasta el este de la isla Gable, frente a la localidad de Puerto Williams (Chile). El proyecto está diseñado en un plazo total de doce campañas, que culminarán en octubre.
El Shenu está provisto de un instrumento de registro multiparamétrico, preprogramable y autónomo (CTD, sensor PAR, sensor de clorofila) e infraestructura para el almacenamiento de las diferentes muestras de agua tomadas con botellas Niskin entre los 5 y 8 metros de profundidad. Los expertos explicaron que una parte de las muestras son fijadas (preprocesadas) en la propia embarcación, y luego todas son analizadas mediante diferentes procesos en los laboratorios de Cadic.
Objetivo
Fabio Delamata, gerente de Newsan Food, señaló: “El objetivo de la empresa es realizar un estudio del ambiente marino para consolidar la creación de un polo de desarrollo acuícola, con base sostenible, cuidado del medio ambiente y proyección industrial. Trabajar junto al Conicet es ir acompañando trabajo con datos e información, para así llegar a un resultado sólido, certero y a largo plazo”.
A través de su división de alimentos, Newsan avanza en su plan para posicionarse en el mercado internacional de moluscos. La empresa lleva invertidos cerca de US$10 millones en líneas de cultivo, embarcaciones, plataformas de trabajo para cosecha y siembra, además de la creación de un hub operativo en Puerto Almanza, pueblo conocido por la pesca de centolla. En tanto, el plan de inversiones prevé un desembolso total de US$17 millones: contempla la expansión con una mayor cantidad de líneas de captación y engorde.
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El proyecto, iniciado hace cinco años, busca satisfacer la demanda local y sustituir importaciones. Se trata de un mercado en el que el consumo de mejillones ronda entre 300 y 400 toneladas anuales, todas importadas desde Chile, país que produce alrededor de 4200 toneladas de mejillones al año. El verano pasado, Newsan concretó el envío de 10 toneladas cultivadas en el Canal de Beagle, con destino a Buenos Aires. El lote estaba compuesto por mejillones enteros, congelados y previamente cocidos en agua de mar extraída del mismo canal.
Los resultados de los estudios liderados por los especialistas del Conicet podrían transformarse en oportunidades económicas para la comunidad fueguina mediante la generación de empleo. “Se fortalecería la conciencia ambiental como una alternativa para la diversificación de la matriz productiva y se promovería la sostenibilidad del desarrollo en Almanza”, cerraron desde Cadic.