El lunes 27 de enero de 2025, el famoso streamer Speed arribó al aeropuerto Jorge Chávez de Perú, y su presencia no pasó desapercibida, a pesar de llevar puesta una capucha y una pasamontaña. Flanqueado por guardaespaldas, caminaba rápidamente hacia el vehículo que lo trasladaría a su hotel. No pronunció palabra alguna, a diferencia de los hombres que lo acompañaban, quienes protagonizaron discusiones con algunos de sus seguidores.
Al día siguiente, el escenario cambió por completo: el mutismo de la noche anterior dio paso a su carisma y estilo extravagante. Esto se hizo evidente en los primeros segundos de la transmisión en vivo que realizó en un punto del Centro Histórico de Lima. El atuendo oscuro que llevaba fue reemplazado por una camiseta de la selección peruana.
Tras bajar del auto, era previsible que sus seguidores se acercaran para tomarse una foto o saludarlo. Esto ocurrió en varias ocasiones, pero el personal de seguridad impedía que se aproximaran. A medida que avanzaba, más personas se daban cuenta de su presencia, lo que las motivaba a acercarse a él.
Pocos minutos después, el personal de seguridad advirtió la presencia de un grupo numeroso a pocos metros, lo que los llevó a tomar las precauciones necesarias. Speed continuó avanzando hasta que se vio rodeado por una multitud. De repente, un joven se acercó para entregarle un postre.
El postre que degustó Speed en plena calle de Lima
A pocos metros de llegar a la Municipalidad de Lima, se escuchó la voz de un joven que exclamaba: “king kong, bro”. En ese momento, apareció en el encuadre una persona vestida con una camiseta amarilla y una gorra blanca, que llevaba en la mano el postre. Al entregárselo a Speed, el personal de seguridad permitió que cruzara el cerco que habían establecido a su alrededor. “What is this?”, preguntó el streamer. A lo que el seguidor respondió: “Lambayeque, mi tierra, bro. (…) Let’s go, man”.
En su gesto, parecía que el streamer dudaba entre comerlo o no, pero finalmente se decidió a probar el king kong, el postre típico de Lambayeque. Al dar el primer mordisco, el peruano de camiseta amarilla estalló en euforia. Ambos se miraron fijamente, mientras se podía ver al creador de contenido masticando con entusiasmo.
Tras este suceso, el streamer habló con efusividad, fiel a su estilo, y se le escapó un grito de emoción. Sin embargo, el hombre que le había entregado el regalo fue rápidamente apartado por el personal de seguridad. Segundos después, otro connacional se acercó para entregarle un nuevo obsequio: una gaseosa Inca Kola. Al momento de la entrega, la gente seguía mostrando una gran euforia.
Origen del postre King Kong
La historia de king kong se remonta a 1920, en la ciudad de Lambayeque. En ese entonces, Victoria Mejía de García y un grupo de mujeres que vivían en la calle San Roque decidieron crear un alfajor que se destacara de los convencionales.
El objetivo de crear este postre tenía fines altruistas, ya que buscaban una forma de proporcionar alimentos a un grupo de pobladores de escasos recursos de la ciudad. Así, con esta idea en mente, se elaboró en la casa de Mejía de García un dulce a base de galleta, manjar blanco y membrillo. La característica principal de este postre era su tamaño, ya que era considerablemente grande.
En diálogo con la Asociación de Exportadores ADEX, Ana Lucía Mendoza, gerente comercial de San Roque S.A., explicó quiénes fueron los principales beneficiados por la venta del producto. “La señora Victoria Mejía de García comenzó a elaborar dulces tradicionales con un propósito: ayudar a los ancianos y niños”, indicó.
En el Día de San Antonio de Padua, celebrado el 13 de junio, y en Navidad, las personas solían adquirir este postre, reconocido por su gran tamaño. Fue precisamente esta característica la que le otorgó el nombre de king kong en 1933. En la página web de San Roque, se revela la razón detrás de este singular nombre.
“En aquella época, una de las películas más populares del cine fue la del gorila King Kong. Cuando este largometraje se estrenó en la ciudad, los pobladores comenzaron a comparar, de manera cariñosa, el alfajor que comercializaban las damas lambayecanas con el gigantesco mono. De esta forma, nació el king kong de la calle San Roque, que se vendía en la tienda ubicada en la misma casa”, se lee.
Como es sabido, la primera película de King Kong, estrenada en 1933, marcó un hito en la historia del cine, especialmente por sus avances en efectos especiales. Dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, esta obra innovadora combinó de manera magistral la acción en vivo con la animación stop-motion, una técnica pionera en su época.
La gerente comercial de San Roque S.A. también se refirió al nombre del dulce lambayecano. “Como la galleta tenía una forma ondulada, se comparó también con el pecho de King Kong”, explicó.
Respecto a la empresa que prepara el King Kong en Lambayeque, es preciso señalar que en 1943 la familia García Mejía registró la primera patente de este producto bajo el nombre “King Kong San Roque”. La organización ofrece diversas presentaciones de este postre. Por ejemplo, cuentan con alfajores de manjar blanco con chirimoya, manjar blanco con lúcuma, manjar blanco con dulce de maracuyá, entre otros.