El 16 de enero, el Frente de Guerra Nororiental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) emitió un comunicado en el que declaró como objetivos militares a varias empresas y gremios ubicados en la región del Catatumbo, Norte de Santander, acusándolos de colaborar con las disidencias del Frente 33 de las Farc.
En su mensaje, el grupo armado aseguró que continuará con la violencia en la zona, advirtiendo que “seguirá corriendo sangre” hasta que el comandante Richard, líder de las disidencias, se entregue.
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Este comunicado de guerra es una clara intensificación de las hostilidades en una región que ya ha sido escenario de enfrentamientos armados de alto impacto.
Las empresas que fueron directamente señaladas incluyen a Ecopetrol, Disco y Cens, que, según el ELN, han realizado negociaciones clandestinas con las disidencias de las Farc.
El grupo armado ha informado que estas organizaciones serán consideradas objetivos militares mientras no aclaren sus intenciones y pongan fin a sus presuntos vínculos con las disidencias.
La guerrilla no solo ha atacado a las grandes empresas del sector energético y de servicios, sino que también ha lanzado amenazas contra sectores de la economía local. En particular, comerciantes y mototaxistas de municipios como Tibú y El Tarra fueron instados a cesar cualquier tipo de colaboración con las disidencias, bajo la amenaza de ser igualmente declarados objetivos militares.
La escalada de violencia en el Catatumbo: enfrentamientos armados y ataques contra civiles
La región del Catatumbo, desde hace años, ha sido un escenario de constantes confrontaciones armadas entre diferentes grupos guerrilleros y paramilitares, pero en los últimos días la violencia ha alcanzado niveles alarmantes.
Desde el jueves 16 de enero, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc han dejado un saldo de al menos 34 muertes, según cifras extraoficiales. Las autoridades locales y los organismos de derechos humanos están trabajando para confirmar los detalles y las identidades de las víctimas, mientras los habitantes de la región viven con el temor constante de ser atrapados en medio del fuego cruzado.
Uno de los hechos más graves de estos enfrentamientos ocurrió en la zona rural del municipio de Teorama, donde un aula escolar se vio atrapada en el fuego cruzado.
Docentes y estudiantes se refugiaron en el salón de clases para protegerse de los disparos, pero la imagen de la escuela como blanco en medio del conflicto refleja la dramática situación que viven a diario los habitantes del Catatumbo, quienes se enfrentan no solo a la violencia armada, sino a la inseguridad generalizada.
Los ataques también han incluido el asesinato de firmantes del acuerdo de paz, lo que ha sido una constante en la región desde la firma del acuerdo en 2016.
Al menos cinco personas que habían firmado el acuerdo de paz con el gobierno fueron asesinadas en distintas zonas del Catatumbo. Estos crímenes, cometidos presuntamente por miembros del ELN, se suman a los asesinatos selectivos de líderes sociales, que son una constante en el país.
La situación en el Catatumbo también ha impactado a las comunidades locales. Tres personas de una familia fueron asesinadas mientras viajaban en un carro fúnebre en Tibú, un hecho aislado que evidencia cómo la violencia se ha infiltrado en todas las esferas de la vida en la región.
El aumento de estos incidentes de violencia ha llevado al gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, a expresar su preocupación. En declaraciones a Caracol Radio, Villamizar señaló que los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc están ligados a la disputa por el control de los cultivos de coca y las rutas del narcotráfico.
Petro suspende diálogos con el ELN ante los crímenes de guerra en el Catatumbo
La creciente violencia en el Catatumbo llevó al presidente Gustavo Petro a tomar una decisión tajante: suspender los diálogos de paz con el ELN. El mandatario colombiano, en un mensaje publicado el 17 de enero a través de su cuenta de X, condenó los recientes hechos violentos en la región y calificó las acciones del ELN como crímenes de guerra.
Petro subrayó que, dada la falta de voluntad de paz por parte del grupo armado, no tenía sentido continuar con las conversaciones, especialmente tras el deterioro de la situación en el Catatumbo.
El presidente expresó que la violencia desatada por el ELN en esta región, con el asesinato de firmantes de paz y los ataques a la población civil, representaba un claro obstáculo para los esfuerzos de paz del gobierno. En sus palabras, el mandatario expresó: “Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”.