Argentina enfrenta una encrucijada. La fragmentación social y la falta de coordinación entre el sector público, privado y la sociedad civil han expuesto la fragilidad de los mecanismos tradicionales de desarrollo, dificultando cualquier intento de transformación profunda. En este contexto, el país necesita mucho más que esfuerzos individuales bien intencionados; requiere estrategias que alineen capacidades, recursos y conocimientos para generar soluciones sostenibles a gran escala.

Desde el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), conformado por más de 90 empresas y fundaciones donantes de Argentina, llevamos 30 años promoviendo la inversión social privada como un vehículo para el desarrollo. Sin embargo, sabemos que hacer algo junto a otros no es suficiente. La colaboración, por sí sola, no garantiza impacto. Lo que verdaderamente marca la diferencia es la capacidad de coordinar esfuerzos en torno a prioridades estratégicas, evitando la dispersión de iniciativas y asegurando que cada acción contribuya a una transformación más profunda.

Por eso, este año damos un paso adelante para consolidar al GDFE como una plataforma de acción colectiva. No se trata solo de generar más proyectos compartidos, sino de construir una arquitectura de trabajo que permita identificar los desafíos prioritarios, movilizar voluntades y diseñar estrategias colectivas de alto impacto.

Existen experiencias en Argentina que demuestran que la acción colectiva puede generar cambios sistémicos. Empresas que han trascendido la lógica de la responsabilidad social tradicional para contribuir con soluciones de gran escala. Fundaciones que han sabido articularse con otros sectores para abordar problemáticas estructurales con una mirada integral. Esas iniciativas, que han logrado incidir en políticas públicas o transformar realidades a nivel territorial, deben ser visibilizadas y replicadas. Si logramos consolidar modelos efectivos de articulación y convertirlos en referencia, podemos acelerar la transformación que el país necesita.

Este año, GDFE impulsará un proceso de escucha, diseño y validación de nuevas estrategias de acción colectiva. A través de encuentros de diálogo y entrevistas estratégicas, reuniremos a referentes del sector privado, la sociedad civil y la academia para consensuar enfoques que permitan escalar iniciativas de alto impacto. También convocaremos a un consejo de expertos que ayude a sistematizar mejores prácticas y generar marcos metodológicos que favorezcan la colaboración efectiva. 

En paralelo, lanzaremos una plataforma digital que permitirá mapear actores e iniciativas de inversión social privada, facilitando conexiones estratégicas y evitando la fragmentación de esfuerzos. Además, actualizaremos la Guía de Inversión Social Privada con herramientas para fortalecer la articulación multiactoral y superar las barreras institucionales que hoy limitan la colaboración eficiente.

El sector privado tiene un rol que puede marcar la diferencia en esta etapa. Argentina necesita más que aportes individuales o programas aislados. Necesita que las empresas y fundaciones sean actores estratégicos del desarrollo, capaces de canalizar su capacidad de innovación, su conocimiento y su influencia para impulsar soluciones sostenibles.

Este año queremos hacer un llamado a quienes lideran el sector privado: el momento de asumir un compromiso con el bien público es ahora. No se trata solo de hacer más, sino de hacer mejor. De construir una cultura que ponga el talento, los recursos y la creatividad al servicio del bien común. Si realmente aspiramos a un país más equitativo y sostenible, no hay otro camino que el de la acción colectiva.

El desafío está planteado. ¿Estamos listos para asumirlo?