![Primera prueba para la suspensión de las PASO en Diputados. El plenario de comisiones tuvo asistencia perfecta](https://www.infobae.com/resizer/v2/HI7Z45BVORGPVLV3FFETM7UNJU.jpg?auth=20a7a09f0bb103333b29fb09996f491d9d3f33439762059497efa461ad7b46df&smart=true&width=1920&height=1129)
El tenso plenario de comisiones en Diputados para abrir el camino a la suspensión de las PASO estuvo atado hasta último minuto a negociaciones aceleradas: muchas, lejos del Congreso. Varias de esas gestiones coincidieron incluso con una reunión de Guillermo Francos, Luis Caputo y jefes provinciales, que no se arma en cinco minutos pero que tuvo como eje la obra pública. El resultado de ese cóctel, que venía sumando ingredientes desde hace más de una semana, fue el avance del reescrito -y acotado- proyecto del oficialismo, que mañana llegará al recinto y que terminará de exponer, entre otras fisuras, las complicaciones en el peronismo/kirchnerismo.
Ese trabajo para astillar al bloque de UxP asoma como dato significativo en la vuelta a la actividad legislativa. No se agota allí y, de hecho, es parte de una movida nada nueva pero más intensa de Olivos frente al peronismo: debilitar al kirchnerismo y, a la vez, elegirlo como contracara para polarizar y nacionalizar el año electoral. El objetivo más amplio añadió ahora una necesidad de coyuntura: cambiar la agenda pública, que por obra propia había colocado en sus primeros renglones el impacto del discurso de Javier Milei en Davos, con su carga de conservadurismo extremo sobre lo que denomina “ideología de género”.
En esa línea, resulta evidente la escalada discursiva sobre la inseguridad en el Gran Buenos Aires. Por supuesto, podría decirse desde las filas del gobierno nacional que el tema fue reinstalado dramáticamente por alguno de los últimos capítulos de robos y asesinatos, rodeados además por el mensaje de impunidad, en especial el caso del repartidor de pedidos y las protestas en Moreno. En cambio, resulta sugestivo el silencio que acompañó la sucesión de cruces entre la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia por hechos que tuvieron como víctimas a policías porteños.
Milei subió el tono en los últimos días y calificó a Axel Kicillof como un “inútil”, además de hablar de un “baño de sangre” en el GBA. De paso, el oficialismo buscó destacar la presencia del gobernador en la marcha del sábado pasado, como contrapunto para desacreditar la movilización de rechazo al discurso presidencial en Davos. La inseguridad vuelve así de la peor manera a ser parte del temario político, sin medir la complejidad del tema y menos, necesidades y temores cotidianos de franjas amplias de la sociedad.
La disputa con términos muchas veces insultantes, o provocativos, es correspondida especialmente por Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidente viene abandonando la tendencia al discurso que se pretende casi doctoral, en materia política y económica, para buscar el cuerpo a cuerpo y más bien el barro en la pelea con Milei. El último capítulo fue por su jubilación.
Hasta este momento, el inicio del año electoral había estado dominado por la tensión entre el oficialismo y el macrismo, con foco en la Ciudad. Claro que eso mismo convivía con la necesidad de Olivos para avanzar con algunos de los temas anotados en la convocatoria a sesiones extraordinarias. Buscó asegurar otra vez el respaldo del PRO, que además había planteado la idea de suspender las primarias locales en el calendario porteño. Y con esa base mínima, encaró las tratativas con los espacios dialoguistas, algo que por afuera del Congreso incluyó del mismo modo a jefes provinciales de lo que fue JxC.
La mayoría de los espacios exhibe divisiones frente al proyecto sobre las PASO, aún después de haberse impuesto por peso propio la idea de suspender y no de discutir ahora la eliminación de las primarias. Esa era la posición de máxima el Gobierno junto a otras modificaciones etiquetadas como “reforma política”. La suspensión, si es aprobada, dejaría abierta la puerta para una muy posterior discusión sobre el tema.
En ese mapa cruzado por divisiones e internas, los operadores del Ejecutivo reanimaron las negociaciones con gobernadores de todos los espacios. Ese ejercicio tradicional, que antes parecía reducido al Senado y al peso que hacían valer en esa cámara los representantes de jefes provinciales, se extendió también a Diputados por dos razones básicas: el escaso bloque de LLA y la fragmentación política.
El plenario de comisiones de Diputados, este martes, dejó a la vista el esfuerzo para reunir firmas y habilitar el camino del proyecto. Fueron decisivos los aportes de legisladores alineados con el peronista Raúl Jalil y con el hasta ahora aliado de UxP -sobre todo, de CFK- Gerardo Zamora, además de provinciales como los misioneros. El PRO llegó con posición unificada, mientras que las fisuras fueron visibles en filas radicales y también en Encuentro Federal.
Es posible que los números puedan ampliarse en el recinto, mañana jueves. Se verá a la hora de reunir quórum, pero la expectativa del Gobierno está puesta no sólo en quienes actuaron como aliados en el plenario del martes, sino además en jugadores de algunos gobernadores que no son parte de esas comisiones.
Las conversaciones a la vista de todos y los contactos más reservados, según ha ido trascendiendo, registran el manejo político y también el peso de Economía. La referida reunión con gobernadores es una postal: Francos, los negociadores habituales de la jefatura de Gabinete, y Luis Caputo. En este caso, con jefes provinciales de Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy, además de un representante de Misiones. Es decir, amplia gama: PJ, UCR, provinciales.
El encuentro estuvo centrado en los acuerdos para el traspaso de obras, en base a compromisos que, según diferentes gobernadores, no se cumplían o se demoraban sin respuesta efectiva. Y lo que vuelve a expresarse así es un tipo de relación política en la que no hay alianzas más o menos claras y de mediano alcance. En todo caso, las necesidades legislativas potencian el juego.
Las estribaciones en el peronismo remiten a una interna que superó la línea entre kirchnerismo y PJ más o menos tradicional, para afectar de lleno el propio entramado K. No fue clara hasta ahora la posición de CFK sobre las PASO, tal vez sopesando que era imposible mantener un alineamiento vertical, como ya ocurrió en otros temas. ¿Sólo eso?
El punto, en este inicio legislativo, es que la suspensión de las primarias nacionales podría acelerar decisiones en Buenos Aires, en especial sobre su propio calendario de comicios. Y eso terminará de exponer la profundidad del quiebre entre CFK y Kicillof. Al mismo tiempo, agregaría otro trazo fuerte al cuadro nacional. La idea del adelantamiento de la elección provincial disgusta a Olivos; también, a la ex presidente. Nada es en blanco y negro.