
Los especialistas acuerdan en que una dieta equilibrada tiene efectos positivos comprobados sobre la salud general. Pero también, hay cuestiones puntuales acerca de alimento y complementos que deben tenerse en cuenta para proteger determinados órganos.
Investigaciones publicadas en bases como PubMed y BioMedCentral (BMC) apuntan al kéfir y lo describen como una matriz compleja de microorganismos vivos. Existen entre 30 y 60 cepas distintas, según el cultivo, que interactúan con el sistema digestivo, inmunológico y metabólico.
Si bien los ensayos en humanos aún son limitados y heterogéneos, los resultados preliminares sugieren que su consumo podría contribuir a restablecer el equilibrio microbiano, aliviar síntomas digestivos y modular ciertas respuestas inmunológicas.
Cómo se prepara el kéfir
El kéfir se elabora a partir de gránulos de aspecto gelatinoso y blanco que contienen una comunidad simbiótica de bacterias lácticas y levaduras, con una variedad que puede alcanzar hasta 60 cepas distintas.
Al fermentar azúcares, estos gránulos generan ácido láctico, etanol, dióxido de carbono y compuestos bioactivos que transforman la composición del líquido original.
Como resultado, se obtiene una bebida de alta concentración de microorganismos vivos, valorada por sus efectos sobre la salud digestiva, inmunológica y metabólica.
A diferencia del yogur, que se limita a un par de cepas bacterianas, el kéfir contiene hasta 30 tipos de microorganismos, lo que lo convierte en un probiótico excepcionalmente eficaz.
Paso a paso, cómo hacerlo:
Hacer kéfir en casa es un proceso sencillo que requiere solo dos ingredientes: leche y gránulos de kéfir. A continuación, te detallamos el paso a paso para que puedas disfrutar de este delicioso probiótico:
- Usá leche entera o parcialmente descremada, ya que las bacterias necesitan los nutrientes para fermentar.
- Colocá los gránulos de kéfir en un frasco de vidrio limpio para comenzar la preparación.
- Volcá 500 ml de leche sobre los gránulos de kéfir para iniciar el proceso.
- Tapá el frasco con una tela fina o paño, asegurando la cobertura con una banda elástica.
- Dejá fermentar la mezcla entre 24 y 48 horas, según la temperatura y tu gusto.
- Colá los gránulos después de fermentar para reutilizarlos en tu próxima tanda.
- Conservá el kéfir preparado en la heladera y disfrutalo fresco o en recetas variadas.
Tipos de kéfir
Existen dos variedades principales:
- Kéfir de leche: de sabor ácido, espumoso, similar al yogur.
- Kéfir de agua: fermentado con azúcar, frutas y cultivos específicos.
Los beneficios documentados del kéfir
Distintas investigaciones (principalmente in vitro y en animales), asociaron el consumo regular de kéfir con indicadores positivos como:
- Una mejor digestión y tolerancia a la lactosa
- Efecto antibacteriano
- Efecto hipocolesterolémico
- Control de la glucemia plasmática
- Efecto antihipertensivo
- Efecto antiinflamatorio
- Actividad antioxidante
- Actividad anticancerígena
- Actividad antialérgica
- Efectos cicatrizantes.