
A solo unas semanas de que inicie el mes último mes del año, muchas personas se preguntan cuándo se arma el árbol de Navidad. Se trata de uno de los símbolos más representativos de las Fiestas y su armado ocurre los días previos al 25 de diciembre.
Es un momento que reúne a la familia para decorar sus casas con elementos festivos para recibir la Navidad, una de las celebraciones más importantes para la fe católica por la cual se conmemora el nacimiento de Jesucristo. En tanto, para muchos también representa un evento de unión familiar. De esa forma, se inaugura la temporada de fin de año, que está repleta de celebraciones.
Cuándo se arma el árbol de Navidad
Según la tradición, el árbol de Navidad se coloca más de dos semanas antes de la Navidad. En la Argentina, el armado de este símbolo navideño se hace durante el 8 de diciembre. Se trata de una fecha en que se celebra el Día de la Inmaculada Concepción de María, una efeméride religiosa que tiene estatus de feriado nacional inamovible. Este año cae un lunes, por lo cual forma un fin de semana largo de tres días.
Esta celebración católica busca resaltar los valores de fe, empatía y caridad, que se ven representados en la Virgen María, adorada como la madre de Jesucristo, nacido según la tradición por obra del Espíritu Santo a través de la intercesión divina. El Día de la Inmaculada Concepción busca resaltar la doctrina que señala que María de Nazaret, la madre de Jesús, fue a su vez concebida libre de pecados.
Cuál es el origen del árbol de Navidad
La Navidad está muy fuertemente relacionada con el árbol, en el cual cada familia cuelga sus adornos predilectos, y que sirve como lugar para colocar los regalos de Papá Noel en la medianoche del 24. Esta tradición es centenaria que proviene de los países nórdicos.
El árbol de Navidad surge, en concreto, de las celebraciones del solsticio de invierno. Siglos atrás, los pueblos celtas talaban robles y los llevaban a sus hogares para decorarlos con frutas y velas. De esa forma, buscaban “reanimarlos” y asegurarse de que florecerían durante el verano siguiente. Por eso, el árbol de Navidad es considerado como una adaptación del árbol de la vida y hasta del universo.
En la mitología nórdica, esta costumbre es conocida como Yggdrasil y representa la cosmovisión de los pueblos en el norte de Europa. En la Antigüedad también se lo conocía como Frey y era usado para celebrar el nacimiento del dios del Sol y la fertilidad.
Se cree que durante el siglo VIII San Bonifacio decidió cortar uno de estos árboles en la localidad alemana de Hesse para que se terminara con la adoración de los dioses, que desde el punto de vista del catolicismo, eran paganos, ya que era una época marcada por la evangelización de Alemania. En su lugar, colocó un abeto, que era considerado más apropiado para el culto católico.
Con esta acción, buscaba simbolizar el amor de Dios. Para ello, lo adornó con manzanas, que representaban el pecado original, y con velas, en alusión a la luz de Cristo. Con el tiempo, esas manzanas y las velas se transformaron en luces y bolitas, tal como luce un árbol de Navidad actual. Después se añadieron las guirnaldas y los adornos caseros.
Además, el árbol de Navidad también representa un punto de encuentro familiar o solidario y un momento de reunión de la comunidad, en el que se busca dar gracias por el año vivido, algo que es parte de los ejes de esta celebración y de la de Año Nuevo.