Las negociaciones con el FMI avanzan, aunque aún sin grandes definiciones. Mientras el ministro de Economía -Luis Caputo- no confirma los números que se negocian para el desembolso de fondos frescos, el presidente Javier Milei sostiene que se encuentran en torno a las estimaciones del mercado.
Según detallaron los funcionarios, los fondos permitirían agilizar la salida del cepo, aunque no serían condición suficiente.
El consenso era que el monto estimado superaba los u$s 10.000 millones. Sin embargo, el economista Federico Domínguez sostiene que una suma aproximada a los u$s 8.000 millones sería suficiente para cubrir el rollover de deuda en dólares con privados por más de un año.
Con ese dinero, en 2025 Argentina debería salir del cepo, acumular reservas y tener una fuerte baja del riesgo país. “Siempre que no haya un shock externo significativo”, sostiene Domínguez.
En 2025 hay vencimientos en moneda extranjera de títulos públicos por u$s 11.290 millones en concepto de capital e intereses, según el Banco Central. A ellos se suma el pago de intereses al FMI por poco más de u$s 3.000 millones y casi u$s 4.000 millones con otros organismos.
En el caso de los títulos públicos, el mayor caudal de vencimientos se concentra en el primer semestre. Con u$s 8.000 millones, estaría la posibilidad de pagar los intereses mientras que se posponen los de capital, para no volcar la mayoría de los fondos a esos pagos.

Algo que alimenta esta posibilidad es el plazo del desembolso del FMI. Según Haroldo Montagu, economista jefe de Vectorial y exsecretario de Política Económica, lo más probable es que esa inyección de dinero ocurra después de las elecciones legislativas. “En caso de que le vaya bien al Gobierno”, puntualiza.
La gran variable clave en la dinámica de 2025 será el precio del dólar. Mientras que el Gobierno niega el atraso cambiario y sostiene que podría profundizarse la apreciación del peso a tal punto que el dólar valdría $600, surgen dudas sobre los fondos que respalden ese valor y la acumulación de reservas.
Para Domínguez, el Banco Central no tiene un problema de acumulación de reservas ya que desde que asumió Milei compraron u$s 24.000 millones y se intervino por solo u$s 2500 millones. “El problema fueron los pagos de deuda por USD 14.000 millones sin rollover. Con rollover hoy no habría cepo”, agregó Domínguez.
Sobre el roll over de vencimientos, agregó que debe incluirse en la ecuación la variación del riesgo país, que se profundizará en la medida que haya acumulación de reservas.
Domínguez coincide con muchos de sus colegas. Es poco probable que se toque el ritmo de devaluación, aunque sostuvo que podría abrirse “la opción de flotación libre, entre bandas o caja de conversión privada, entre otras” porque se dará en un contexto de competencia de monedas.

Las exportaciones de Vaca Muerta podrán estabilizar el ingreso de dólares, alimentar la baja de la inflación y el crecimiento de la actividad, garantizaría la baja del riesgo país.
En el caso de un acuerdo con el FMI, el economista sumó la posibilidad de que el Banco Mundial y el BID apoyaran el acuerdo para “reforzar el monto”.
Otra dificultad que se suma es la sequía incipiente. Si bien dista de la de 2023, “ya está afectando cantidades, en un contexto de caída de precios de commodities exportados”, según Montagu.
Para Montagu, lo cosecha gruesa jugó un rol clave en 2024 para sostener la estabilidad cambiaria, mientras que para este año es un factor que tendrá menor impacto.
“El factor FMI no está claro y el impacto de la sequía va a significar menos dólares. En este esquema se puede sostener el crawling peg, pero va a ser difícil levantar el cepo y que ocurra lo que el Gobierno espera, que es que no se dispare el dólar, no impacte en precios y pueda acumular las reservas. A ello debe sumarse el esperable crecimiento de las importaciones”, agregó Montagu.