Berlín, 22 feb (EFE).- Tres de los cuatro principales candidatos a las elecciones de este domingo, entre ellos el actual canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, prometieron frenar la migración irregular y se posicionaron contra el racismo al ser interrogados por ciudadanos indecisos en su última aparición pública antes de la cita con las urnas.

Scholz aseguró que gracias a los controles fronterizos temporales de su Gobierno, la cifra de migrantes irregulares que llegan a Alemania bajó en 100.000 personas en 2024 y bajará otras 100.000 en 2025, al ser preguntado por un policía de 54 años preocupado por la migración en un programa de las cadenas privadas Sat 1 y Pro7 al que no asistió el líder conservador y favorito, Friedrich Merz.

El canciller, cuyo partido es tercero según los sondeos, manifestó también la necesidad de deportar urgentemente a los extranjeros criminales y recordó que se está preparando un segundo vuelo de deportación a Afganistán, mientras que apostó por el pacto europeo de migración y asilo para agilizar la devolución de solicitantes de asilo que han atravesado otros países comunitarios.

La candidata de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, se mostró a favor de negociar con los talibanes para deportar a ciudadanos afganos y afirmó que el espacio Schengen como concepto “ha fracasado”.

“Pararemos la migración ilegal, aseguraremos las fronteras. No entrará nadie más, si hay voluntad política se pueden asegurar las fronteras”, afirmó Weidel, cuyo partido es segundo según los sondeos, lo que fue recibido con escepticismo por el policía, al que estas promesas tajantes le parecieron, según dijo, poco practicables.

El candidato verde, el actual ministro de Economía, Robert Habeck -cuya formación es cuarta en intención de voto- abogó por implementar el pacto europeo de migración y asilo para que todos los solicitantes de asilo sean registrados en las fronteras exteriores y que se descarte de entrada a quienes no tienen “perspectiva”.

“No estoy a favor de cerrar la frontera alemana de forma hermética”, dijo y explicó por qué no sería posible vigilar miles de kilómetros de fronteras terrestres, pero sí pidió incrementar los controles.

Recurriendo a su táctica habitual de enumerar los logros de su Gobierno, Scholz también replicó a un influencer de 22 años de raíces nigerianas que denunció el impacto que tiene para las personas de origen extranjero el encendido debate migratorio que ha caracterizado la campaña.

El socialdemócrata recalcó que un tercio de los alemanes tiene un trasfondo migratorio y subrayó lo que ha hecho su Gobierno a favor de este colectivo, pero al mismo tiempo aseguró que necesita prometer que tiene “bien controlada la gestión de la migración irregular” para que haya aceptación social para la necesaria migración de mano de obra cualificada.

Habeck apuntó a la necesidad de plantar cara al odio y al racismo empezando desde el sistema educativo y planteó sus propias preguntas al joven influencer, como hizo también con otros participantes.

Weidel, por el contrario, tuvo dificultades para reaccionar a las acusaciones de racismo contra su partido, conocido por los comentarios xenófobos de varias caras visibles de la formación, y se decantó por negarlas por completo.

“El color de piel da exactamente igual, no se trata de color de piel. Usted es muy guapo, lo digo como cumplido. Mis hijos también son algo más oscuros y es todo súper, perfecto”, titubeó la candidata, cuya pareja de hecho es una suiza con raíces srilanquesas.

“Hago política para todos, también para Usted”, aseguró.