Bruno Zuculini fue titular en el muy buen triunfo de Racing ante Botafogo por 2-0, en la ida de la Recopa Sudamericana. No fue la figura y ni siquiera estuvo en el podio de los mejores, al que subieron con niveles superlativos Maravilla Martínez, Nazareno Colombo y Maxi Salas. Pero la Academia, como equipo (como grupo), no hubiera sido lo mismo sin él. Ni el que le ganó al conjunto brasileño en el Cilindro ni el que levantó una copa internacional en Asunción luego de 36 años a fines de 2024. Esa tarde, los golazos los hicieron Gastón Martirena y “los Martínez”, Maravilla y Roger. Pero Zuculini siempre está, “juega” aunque no le toque ingresar ni un minuto. Tiene un valor incalculable para el cuerpo técnico.

Zuculini, de 31 años, primero le ganó la pulseada a Agustín Almendra como titular ante Botafogo y luego jugó muy bien, incluso estuvo cerca de convertir. Se presentó con la “tensión” competitiva de una final y con inteligencia. Supo integrar el River súper ganador de Gallardo, pero mantiene un rol humilde ahora en Racing. Y cuando todavía no había ganado nada en el Millonario, tuvo un gran gesto con quien hoy es su compañero: Santiago Sosa.

Bruno Zuculini, en un entrenamiento de Racing

Santiago Sosa se recupera de una lesión y es hoy uno de los jugadores fetiches de Gustavo Costas en la función de 5-Líbero. Pero alguna vez fue juvenil de River e integró un vestuario lleno de referentes y jugadores de experiencia, entre ellos Zuculini. Hace unas semanas, Sosa dijo de Bruno en una entrevista para Clank, con Juan Pablo Varsky: “Bruno Zuculini es el compañero ideal. Lo quiero mucho. El me ayudó mucho en mi carrera”, lo elogió.

Y no se refería a la actualidad, en donde Zuculini tiene varios partidos más jugados que Sosa, sino que rememoró aquél vestuario millonario, donde Santiago no tuvo lugar (y por eso emigró a la MLS) pero en el que realizó sus primeros pasos como profesional. “Yo era chico pero Bruno también, tenía 25, 26 años. Es el mejor compañero que hay. Siempre ayuda, busca que los que están alrededor crezcan. Se acerca mucho a los chicos para enseñarles cosas, para preguntarles cómo están. Lo admiro un montón. Yo de chico le tenía miedo a los más grandes, los tiempos eran diferentes, y él desde ese lado nos ayudaba mucho”.

El mapa de calor de Bruno Zuculini ante Botafogo, por la Recopa Sudamericana; se nota la postura ofensiva de Racing, con la mayoría de las intervenciones en campo rival

Zuculini frente a Botafogo tocó 47 veces la pelota, dio 38 pases (de los cuales completó 32 -el segundo en el rubro, detrás de Quirós, con 33-), tuvo una precisión en las entregas del 84,2%, según datos de Opta Stats Perform. Y fue el quinto con más toques del balón, detrás de Gastón Martirena (60), Gabriel Rojas (56), Nazareno Colombo (51) y Santiago Quirós (48).

A diez minutos del final, cuando Racing parecía que estaba más cerca del cuarto gol que del tercero, Zuculini abrió mal un pase largo del centro a la derecha y la jugada terminó en… la amarilla a Martirena, por una falta táctica del lateral para que al equipo no lo agarren mal parado de contraataque: Zuculini lo señaló, juntó las manos y pidió disculpas. Todo un símbolo.

Bruno Zuculini ante Lucas Silva, en la final que Racing le ganó a Cruzeiro por la Copa Sudamericana 2024; un fiel reflejo de la tenacidad con la que juega el volante

La familia Zuculini viajó a Asunción en auto para la final con Cruzeiro de 2024. Nadie, entre ellos su hermano Franco, se quiso perder ese día histórico, cuando Racing volvió a levantar una Copa internacional luego de 36 años. “Mi hermano es mi ídolo”, reconoció Bruno más de una vez. En el grupo de whasap de la familia Zuculini todos los días se hace una pregunta sobre Racing o aparece un sticker alusivo a la Academia. Surgió de las inferiores del Predio Tita Mattiussi, esas que con el paso de los años sigue potenciándose y sacando futbolistas que luego triunfan y siguen su carrera en el exterior.

“Yo soy muy natural, soy genuino. Muy cercano a mis compañeros, muy cercano a la gente que me ayuda. Tengo mucha gratitud con el club que me volvió a abrir las puertas después de diez años. Entonces trato que el ambiente esté cómodo, que la gente esté tranquila. Y que sigamos luchando por la gente que tenemos. No hay otro camino, no hay un atajo para eso”, cuenta Zuculini. Y agrega: “Hay que trabajar, estar juntos. Trato de empujar, de impulsar. Y con humildad, porque siempre hay que tener en cuenta de que todos queremos ganar, pero campeón sale uno solo”.

¿Zuculini puede seguir los pasos de Costas cuando sea DT? “Costas como entrenador es un gran estratega, muy apasionado de lo que hace. Es un DT muy simple, con dos o tres indicaciones por partido te resuelve lo que hay que hacer o lo que no hay que hacer. Cómo buscar ganarlo o por dónde buscar el triunfo. Después, obviamente los jugadores tienen sus herramientas pero y es un equipo que siempre juega de la misma manera. Es un técnico simple, con mucha experiencia internacional también”, describe Zuculini a Costas. Y agrega, generando un anclaje en el Predio Tita y el sentido de pertenencia: “Y para nosotros también es un espejo: Costas salió del club y fue capitán y campeón; yo también salí del club y me siento un privilegiado de poder vivir parte de lo que vivió él. Me siento representado por él y siento admiración por él”.

Si Zuculini llegó como un eventual titular indiscutido a comienzos de 2024, aunque la ecuación luego no resultó tan marcada en esa dirección. Los niveles de Juan Nardoni y Agustín Almendra lo relegaron en más de una oportunidad. Le tocaba ingresar y a veces ni siquiera eso. Pero Zuculini nunca puso una mala cara. Todo lo contrario. Sumó para el grupo desde afuera. Y estuvo enfocado en hacerlo bien cada vez que le tocaba, como ante Botafogo.

La dirección de los pases de Bruno Zuculini ante Botafogo, por la Recopa Sudamericana; el volante de Racing jugó un muy buen partido

El entrenador de la Academia, que quiere ir por su segundo título internacional como DT en el equipo de Avellaneda, lo había elogiado el año pasado: “Zuculini conmigo juega hasta en una pierna. Tiene un sentido de pertenencia enorme, respira Racing. Es un hijo del club y el alma de este equipo. En los entrenamientos juega también al 100%”. Toda una definición de Costas sobre el líder invisible, sobre el chico que surgió de las inferiores, se transformó en referente y juega con el corazón en la mano. Casi como si estuviera hablando de él.