El Gobierno confirmó lo que había anticipado tras la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, cuando Javier Milei deslizó que Argentina podría retirarse de ámbitos internacionales, entre ellos, el Acuerdo de París y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una clara alineación con la política disruptiva del líder republicano.
Este miércoles, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció la salida de la OMS y luego también indicaron que el Gobierno retirará a la Argentina del Acuerdo de París contra el cambio climático.
Mientras la Casa Rosada analiza las implicancias jurídicas de abandonar este acuerdo, un documento privado calculó el costo económico que representaría para la Argentina, desprenderse de compromisos ambientales y señaló que se pone en riesgo el 5% de su PIB anual a 2050.
Salir del Acuerdo de París, según Periodistas por el Planeta bloquearía el acceso a fondos climáticos por un valor de u$s 251 millones, a los mercados de carbono que representan entre 3 y 5 veces el total de las exportaciones argentinas, y al financiamiento internacional por u$s 17.800 millones, perjudicando la economía del país.
Además, el informe destaca que abandonar el Acuerdo de París podría poner en riesgo la membresía en la OCDE y el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, ambos vinculados a compromisos climáticos.
El cambio climático en números
En 2025, el Foro Económico Mundial (FEM) calificó los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad y el cambio crítico de los ecosistemas como los tres principales riesgos mundiales en los próximos 10 años, que requieren atención urgente.
Según el Banco Mundial, las inundaciones causarán pérdidas de hasta u$s 1.400 millones en Argentina de aquí a 2050, con efecto en el bienestar estimadas en u$s 4.000 millones, equivalentes al 0,8% del PIB nacional.
Las inundaciones podrían tener repercusiones a largo plazo en la economía argentina, con una reducción del PIB del 0,5% para 2060 (estimada en un escenario sin adaptación). Las inundaciones también afectarán a los servicios de infraestructura, lo que podría costar a las empresas argentinas u$s 4.000 millones, principalmente, debido a las interrupciones en el transporte.
El impacto de la sequía en los rendimientos del maíz y la soja en la campaña 2022/23 provocó pérdidas de más de u$s 19.000 millones -el 3% del PIB- debido a la baja actividad económica. Como consecuencia, el ingreso nacional se redujo en u$s 6.000 millones y las exportaciones cayeron un 40%.
A futuro, el BM estima que las sequías y las inundaciones podrían causar pérdidas anuales del 0,61% del PIB en el sector de los agronegocios . Las proyecciones indican que la peor pérdida potencial en los rendimientos se observaría en el girasol (10%), el maíz y el trigo (30%), y la soja (50%).
Si no se toman medidas, el cambio climático podría comprometer alrededor del 25% de la superficie bajo riego del país, causando pérdidas anuales de u$s 837 millones.
Este efecto que impacta de forma directa en la acumulación de reseras del Banco Central, podría provocar una rebaja de las calificaciones de agencias internacionales, lo que puede reflejar un encarecimiento del financiamiento para el país.
Consecuencias directas
“El posicionamiento incoherente en las negociaciones climáticas erosiona la credibilidad del país ante los organismos internacionales de financiamiento que buscan asignar fondos condición de que se tomen medidas climáticas, lo que limita las oportunidades de financiación”, destaca el informe y advierte que “es muy arriesgado”, ya que Argentina sigue dependiendo de fondos procedente de las negociaciones climáticas en plena transición energética.
Según la Estrategia Nacional de Financiamiento Climático, la cartera activa de Argentina con organismos internacionales de crédito comprende 82 proyectos climáticos, por un total de algo menos de u$s 17.900 millones hasta 2023.
Desde 2009, los organismos multilaterales han aprobado u$s 251 millones en fondos climáticos 3 para Argentina, de los cuales u$s 25 millones aún deben ser desembolsados. Esta cantidad pendiente puede estar en riesgo si Argentina abandona el Acuerdo.
Por otro lado, el Acuerdo de París establece el marco para los mercados de carbono a través del artículo 6, que sienta las bases para el mercado mundial del carbono y permite a los países colaborar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el comercio de créditos o compensaciones de carbono.
Esto podría significar perder importantes oportunidades financieras; como referencia, entre 2005 y 2023 Argentina registró 61 proyectos de certificación de reducción de emisiones, el 0,5% de los proyectos de todo el mundo. “Si Argentina exporta bienes con una elevada huella de carbono y no cumple las normas sobre emisiones de la región importadora, podrían sufrir costos adicionales o limitaciones, lo que podría afectar a la competitividad del país”, analiza el documento.
Por último, plantea el acceso obstruido a la OCDE tras iniciar el ingreso en marzo de 2024, al firmar la hoja de ruta que incluye detener y revertir la pérdida de biodiversidad y la deforestación
En la misma línea significa el fin del acuerdo comercial UE-Mercosur que el actual gobierno de Argentina propició con sus pares de Brasil, Paraguay y Uruguay en busca de beneficios económicos a través de reducciones arancelarias y el libre comercio.