La relación comercial con Estados Unidos fue tradicionalmente deficitaria para la Argentina.
Sólo en los dos últimos años, ese intercambio viene registrando un saldo favorable para el país, que así cortó una racha de 18 años consecutivos con déficit que, en algunos casos (como en en 2014), superó los US$5000 millones anuales.
En 2024 ese resultado a favor fue de apenas US$232 millones. En los primeros 9 meses del presente año se amplió hasta los US$420 millones.
Los datos de septiembre, últimos disponibles, muestran que la Argentina exportó US$715 millones (+44% interanual) e importó US$546 millones (+7,8%) desde Estados Unidos, resultando un balance comercial positivo de US$169 millones. Les vendimos básicamente petróleo crudo (US$314millones), oro (US$300 millones) y lingotes de acero (US$57,5 millones), mientras que se le compraron aviones y/o helicópteros (US$46,3 millones), petróleo refinado (US$25,1 millones) y briquetas de carbón (US$22,8 millones).
Fue en el marco de un intercambio comercial entre ambos países que se mantuvo en torno a los US$12.000 millones anuales en los últimos diez años, lo que implica a la vez poco más del 9% promedio en términos de participación en el volumen total de lo que Argentina le vende y compra al mundo.
Y todo en medio de una relación caracterizada por la conflictividad, algo que radica en que se trata de economías que son muy competitivas entre sí. “Se puede decir, simplificando desde ya, que hacemos las mismas cosas y más aún hoy: energía, carne, granos y aceros”, explica el economista Dante Sica, director de la consultora Abeceb.
Prueba de ello es el amplio reclamo público que, en abril, Estados Unidos le hizo a la Argentina en el marco del reseteo general de las relaciones comerciales con el mundo que había lanzado la administración Trump, con un planteo particular por las patentes farmacéuticas locales.
O los cruces de años anteriores que derivaron en denuncias por dumping por parte de Estados Unidos para entorpecer exportaciones locales de miel o limones o hasta en algún momento llevaron a Techint a abril una planta de tubos sin costura en Houston para eludir las barreras que había contra sus envíos locales a ese mercado.
La duda que ahora plantea para algunos el acuerdo comercial macro anunciado, cargado de compromisos asumidos por la Argentina pero lleno a la vez de generalidades, es si servirá para torcer esta historia o para volver a lo usual en los últimos años.
Para el especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo, no hay duda de que será provechoso porque hay que verlo como “un eslabón más” en el marco de una cadena que tiende a solidificar los vínculos entre ambos países y muestra que “Estados Unidos nos abre parte de su mercado aun cuando se lo está cerrando a tantos otros países del mundo”.
“La mirada estructural de los saldos dice lo que dice, pero pasa por alto que Estados Unidos es hoy el primer destino de nuestras exportaciones de servicios (allí va un tercio de ese total) y el tercero de nuestras importaciones de bienes, es decir, de aquellas con valor agregado”, apunta, para explicar el potencial que puede tener.
A eso hay que agregarle que “Estados Unidos es el mayor inversor extranjero en la Argentina, donde tiene enterrados unos 27.000 millones de dólares y manifiestamente está planteando incrementar próximamente su exposición en el país en busca de futuras importaciones de minerales”, recuerda.
Por lo pronto, el texto difundido del acuerdo habla, por caso al respecto, de una cooperación “para facilitar la inversión y el comercio de minerales críticos”. Y un trabajo conjunto para “estabilizar el comercio mundial de soja”.
Pero también plantea evitar “acciones distorsionadoras de las empresas estatales” y las “subvenciones industriales que puedan tener un impacto en la relación comercial bilateral”.
Para Sica, a raiz de los términos generales que se plantean, es difícil evaluar lo anunciado. “Faltan precisiones, pero sin duda esto puede marcar un punto de inflexión en la relación comercial entre la Argentina y Estados Unidos”, sobre todo porque “va en línea con los acercamientos entre ambas administraciones que hemos visto” en los últimos meses.