Desde hace tres meses, la industria mantiene estabilizados los precios de la leche que le paga a los tamberos. Los valores abonados en enero de 2024 fueron 247 pesos por litro; en julio, 412; en agosto, 418; en septiembre, 426, y se estiman alrededor de 430 pesos para octubre. La justificación del precio planchado se asocia a un consumo interno que sigue muy calmo y a un valor alto en dólares para concretar exportaciones: 45 centavos de dólar oficial por litro. Con esos números, y con los impuestos que se deben pagar en la Argentina, los industriales dicen que resulta complicado organizar embarques, según observa el consultor Marcos Snyder.
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Hasta ahora, las usinas han podido mantener precios estables porque había buena oferta de leche, pero esa situación puede estar cambiando, ya que el pico de producción se habría alcanzado a fines de septiembre. “En octubre las lluvias llegaron tarde y la producción de noviembre habitualmente es inferior a la de octubre. En esta nueva situación, hay dudas de que la industria pueda continuar manteniendo precios que aumenten por debajo de la inflación como ha ocurrido en los últimos meses”, razona el especialista.
Además, observa que se está reduciendo el recibo de leche en las industrias porque las vacas producen menos con forraje de menor calidad. Y cuando esa tendencia se presenta, las fábricas tienen que salir a competir por leche porque ninguna quiere quedarse sin mercadería.
Si simultáneamente ocurriera una gradual recuperación del mercado interno por una mejor situación de los salarios, con disminución del stock de lácteos en las cámaras, el técnico espera que las industrias deban competir buscando leche mientras la producción de estival sea baja, y paguen precios mayores a los que se han abonado hasta ahora.
“Por más que haya llovido a fines del mes pasado y en estos días, los pastos ya perdieron calidad y viene el calor, dos factores negativos para la producción de leche”, proyecta Snyder. También resalta que faltan las vacas que se faenaron durante 2023 y que contribuyen a la merma en el recibo de leche y a las posibilidades de repunte de precios. Mientras tanto, la exportación representa el 30% de la leche comercializada y también puede aportar al desarrollo de un mercado sostenido para la leche en los próximos meses.