Javier Milei se equivoca. Él mismo lo admitió en su larga y tediosa exposición del miércoles en la Fundación Mediterránea. Una hora y 20 minutos de una pretendida clase de economía, con conceptos elementales para un público que no los necesita. Y con los reiterados números de la herencia que recibió y que repite desde el día uno de su mandato hasta hoy. Pero no se trata de eso. El Presidente se equivoca si cree que el 56% que lo votó es incondicional, haga lo que haga o diga lo que diga.

Acusar al expresidente Raúl Alfonsín de haber promovido un golpe de Estado (en el final de De la Rúa) es cuanto menos irrespetuoso, y mucho más con alguien que no se puede defender. Para Milei, tal prestigio se reduce al “favor” de Clarín por haberle pesificado la deuda, lo que habría llevado al multimedio a “mostrarlo como un héroe”. Un ataque de los que suele hacer el kirchnerismo, tan odiado por las fuerzas del cielo. Paradojas.

¿Qué harían, en una próxima elección, los votantes que integraron aquel 26% que le permitió el triunfo en segunda vuelta, sobre todo si la economía no da las respuestas esperadas? Más allá, tal vez el líder libertario debería pensar qué hubiera hecho él en aquel balcón de la Semana Santa de 1987, cuando los leones que acechaban afuera eran feroces, no de escenario.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.