En los años 90, la escena musical del rock buscaba desesperadamente un cambio. Las estrellas del glam y los héroes del heavy metal estaban quedando en el pasado, y la juventud ansiaba algo fresco, algo que pudiera sentirse como suyo. Entonces apareció el grunge, un sonido crudo y oscuro que emergió principalmente de Washington, marcando un antes y un después en la historia del rock alternativo. En el centro de este movimiento se encontraba Nirvana, una banda que, liderada por Kurt Cobain, se convertiría en un referente mundial del grunge. Pero detrás de su imagen de distorsión y caos, había algo más: melodías pop disfrazadas de ruido, herederas de bandas alternativas que marcaron a Cobain, como los Pixies.

El ascenso de Nirvana y el grunge

El éxito de Nirvana fue explosivo. Su álbum Nevermind (1991) catapultó al trío a la fama mundial con canciones como “Smells Like Teen Spirit” y “Come As You Are”, temas que, a primera vista, parecían una oda a la rebeldía juvenil. Las guitarras distorsionadas, las letras existencialistas y el inconfundible tono áspero de Cobain se convirtieron en la banda sonora de una generación desencantada. Sin embargo, el éxito de la banda no solo se debía a su autenticidad o a su conexión con el malestar juvenil. Nirvana había perfeccionado la fórmula para mezclar el espíritu áspero del grunge con la accesibilidad de las melodías pop.

Kurt Cobain quiso que “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana sea una canción pop

La influencia de los Pixies: pop y contraste dinámico

Uno de los mayores referentes musicales para Cobain fueron los Pixies, una banda que se caracterizaba por su habilidad para alternar entre momentos tranquilos y explosiones de sonido. En una entrevista, Cobain admitió que intentaba “robar” el estilo de los Pixies cuando escribió “Smells Like Teen Spirit”. En sus palabras: “Estaba tratando de escribir la canción pop definitiva. Básicamente, estaba intentando plagiar a los Pixies. Tengo que admitirlo [sonríe]”.

La estructura de los Pixies, basada en la dinámica “loud-quiet-loud” (alto-bajo-alto), influyó profundamente en el estilo compositivo de Nirvana. Cobain sabía cómo utilizar estos cambios de intensidad para impactar emocionalmente a la audiencia, algo que se aprecia claramente en el contraste entre los versos suaves y los estribillos explosivos de “Smells Like Teen Spirit”. Esta mezcla entre lo agresivo y lo melódico convirtió a Nirvana en una banda accesible para las masas, sin perder su esencia cruda y alternativa.

La influencia de los Pixies fue crucial para el estilo compositivo de Cobain

“Smells Like Teen Spirit”: un riff pop disfrazado de grunge

A pesar de que Nirvana era conocida por su sonido grunge, Cobain siempre tuvo un ojo puesto en el pop. “Smells Like Teen Spirit” fue un intento deliberado de Cobain de escribir una canción pop con gancho, aunque lo hiciera bajo capas de distorsión y guitarras sucias. De hecho, Cobain llegó a decir que el riff central de la canción, que fue calificado como “ridículo” por el bajista de la banda Krist Novoselic, era en realidad un riff cliché, muy similar a uno de la banda de hard rock Boston o incluso al clásico ‘Louie Louie’.

Pero Cobain logró lo que muchos no habían intentado: tomó este riff simple y familiar, lo cubrió con una muralla de distorsión y lo acompañó con letras que hablaban de la alienación adolescente. El resultado fue una canción que resonó tanto en el circuito underground como en las radios comerciales. El riff, originalmente “ridículo”, se transformó en uno de los más icónicos del rock alternativo.

Nirvana: equilibrio entre lo comercial y lo alternativo

El verdadero éxito de Nirvana radicaba en su capacidad para caminar en una delgada línea entre lo comercial y lo alternativo. Las melodías de la banda eran lo suficientemente pegajosas como para triunfar en las listas de éxitos, pero siempre estaban acompañadas de una estética y un sonido lo suficientemente ásperos como para mantener su credibilidad entre los fans del rock más underground. En muchas de sus composiciones, la influencia del pop está presente, pero disfrazada de distorsión y agresividad, lo que daba a Nirvana ese equilibrio perfecto entre lo accesible y lo auténtico.

Este balance también fue posible gracias al poderoso aporte de Dave Grohl en la batería, cuya energía ayudaba a intensificar las canciones sin perder la esencia melódica. Nirvana había aprendido a encapsular lo mejor de ambos mundos: las estructuras claras del pop con la crudeza emocional del grunge, algo que fue crucial para su éxito comercial y artístico.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.