Bañarse, ya sea a la mañana o a la noche, tiene un impacto clave en nuestra higiene y bienestar personal. Según un estudio científico reciente, el momento del día en el que te bañás puede influir en varios aspectos de tu salud, desde mejorar tu estado de alerta matutino hasta promover un sueño más reparador durante la noche.
El horario del baño no es un tema trivial, a tal punto que siempre aparecen debates científicos para determinar cuál es mejor.
La elección de bañarse a la mañana o a la noche no solo depende de una preferencia personal. Depende de factores como el tipo de trabajo, el clima y los hábitos de sueño, que juegan un papel fundamental en esta decisión.
Bañarse a la mañana o a la noche: ¿cuál es mejor?
Ya sea a la mañana, para iniciar el día, o a la noche, antes de ir a la cama, bañarse siempre es reconfortante.
Según diversos estudios, la elección dependerá del tipo de personalidad, del estado de ánimo y de las rutinas y necesidades de cada uno. Al menos, eso cree Shelly Carson, doctora en psicología del departamento de Comportamiento, Mente y Cerebro en Harvard.

Los que eligen bañarse de noche buscan irse a la cama desconectados del trabajo y lograr mejor calidad el sueño (uente: Pexels)
La experta asegura que quienes prefieren bañarse al empezar el día lo hacen porque es una forma de despabilarse y llegar al trabajo o comenzar sus actividades relajados y “con la creatividad activada”
Tal como dice Carson, “este horario es recomendado para quienes sufren ansiedad, estrés o están bajo mucha presión por proyectos que requieran atención, memoria y creatividad”.
“El agua a una temperatura moderada enfría las extremidades, provocando una vasoconstricción, que ayuda a que el cuerpo abandone esa inercia del sueño”, sigue la doctora. Se refiere a esa
sensación de adormecimiento que a muchos los acompaña durante las primeras horas del día.

Los que eligen bañarse a la mañana necesitan empezar el día “despabilados” y activar la creatividad (Fuente: Pexels)
En tanto, Carson dice que los que eligen bañarse a la noche logran llegar al momento de descanso más relajados y alcanzan un sueño de mayor calidad. Es ideal para aquellos a los que les cuesta desconectar del trabajo o sufren insomnio.
“A diferencia del otro caso, una ducha tibia puede ayudar a elevar moderadamente la temperatura corporal, facilitando así el estado de transición hacia el sueño“.
Está comprobado que, efectivamente,
el agua regula la temperatura corporal, induce el sueño y adecua el ritmo cardíaco.´
Otro estudio científico para saber cuándo es mejor bañarse
Además de Harvard, la Clínica Cleveland expuso sus propios estudios y afirma que ambos momentos presenta beneficios equiparables.
En coincidencia con el estudio anterior, aquí también dicen que “la elección dependerá de las preferencias personales y del estilo de vida de cada individuo”.
La clave, según ambos, es mantener una saludable una rutina de higiene constante, independientemente del momento del día en que se lleve a cabo.
Cuál es la temperatura ideal del agua para ducharse: ¿fría, caliente o tibia?
La temperatura del agua en el baño afecta directamente al bienestar y al sueño. Un estudio del Journal of Physiological Anthropology encontró que un aumento de 0,9°C en la temperatura sublingual podría mejorar el inicio y la calidad del descanso nocturno. Los expertos en neurología también destacan que reducir la temperatura corporal favorece un sueño reparador.
La Sleep Foundation de Estados Unidos señala que el agua fría y el agua caliente provocan respuestas fisiológicas distintas:
- Agua fría: aumenta el estado de alerta, estimula la circulación y eleva los niveles de dopamina.
- Agua caliente: reduce la presión arterial, facilita conciliar el sueño y mejora la calidad del descanso.
Por otro lado, la Academia Española de Dermatología explica en que el agua tibia (entre 37°C y 38°C) es la más adecuada, ya que es lo suficientemente cálida para relajar los músculos sin dañar la piel.