Maximiliano Firtman destapó el esquema Ponzi RainbowEX, que tendría como epicentro la ciudad de San Pedro, donde alrededor de 20.000 vecinos habrían depositado su dinero, con la promesa de tener 2% de rendimientos diarios en dólares, y ahora no lo pueden retirar por 14 días. Programador y especialista en Tecnología, sostiene que los que perpetraron la estafa operan desde el exterior del país.

RainbowEX y Rainbow Exchange no están inscriptas ante la Comisión Nacional de Valores.  La CNV alerta en su página web que “podrían estar prestando servicios de asesoramiento para inversiones u otras actividades de naturaleza financiera que exceden la competencia y el marco regulatorio de CNV y, no se encuentran inscriptas ni sujetas a regulación y control del organismo”.

El mecanismo de la estafa es hacerle creer a los inversores que van a hacer trading, siguiendo las instrucciones que envía por un grupo de Telegram una mujer a la que llaman “La China”. Las supuestas operaciones las hacen en una aplicación que no está en la tienda de descargas de los teléfonos y con criptomonedas que no existen, ya que no están en la blockchain. Día a día ven sus saldos aumentar en la plataforma, lo que refuerza la creencia de que están ganando dinero.

Los inversores ingresan dinero por transferencia bancaria, llevando efectivo a dos financieras de San Pedro, o enviando criptomonedas. 

Firtman revela por qué piensa que los responsables están fuera del país: “La información de la aplicación va a servidores que están en Asia, en el sudeste asiático. En el código de fuente hay código en chino. Los actores polacos dijeron que no los llamaron desde Argentina, sino desde Singapur. El número del teléfono que los contactó es de Ashli Pang y empieza con el prefijo internacional de Malasia. Esto es una estafa internacional que busca países donde hay crisis”, asegura en diálogo con El Cronista.

Firtman marca otra característica que distingue este caso al de Generación Zoe: no hay ninguna cara visible ni responsable de la organización llamada Knight Consortium, que estaría detrás de RainbowEx: “No hay líderes humanos atrás de la empresa. Si bien hay líderes regionales, ellos dicen ser simplemente inversores. La empresa es simplemente esta china que es un bot de Telegram”.

“En cualquier momento, el que está detrás de esto, hace un clic en su computadora y desaparece todo: la aplicación, las criptomonedas, el sitio web, el grupo de Telegram”, adelanta.

Firtman descubrió algo sorprendente: la empresa había hecho un evento el 21 de septiembre, donde dos supuestos empresarios estadounidenses habían pronunciado un discurso. Pero no se trataba de hombres de negocios, ni de norteamericanos: eran actores polacos llamados Maurycy Lyczko y Filip Walcer.

“Empecé a investigar a los dos directivos que aparecen en ese evento, un tal Jeremy Jones y Timothy Murphy y lo primero que me llamó la atención al tratar de encontrar esos perfiles es que esos son nombres de estafadores condenados en Estados Unidos. Fui por el lado del reconocimiento facial, y encontré a una persona que se parecía mucho a un actor polaco. Voy al segundo y era igual a otro actor polaco, que encima hablaba español”, asegura.

Firtman logró contactarse con uno de ellos: “Están shockeados, asustados. Me contaron su versión, que luego tendrá que investigar la justicia”. Y agrega: “Son actores de segunda, tercera línea, que trabajan en series y películas independientes. A uno de ellos le llegó una propuesta de una agencia, supuestamente de Singapur, para hacer un evento corporativo en Argentina. Vinieron acá y un día antes del evento les mandaron el guión que tenían que aprender. Ahí se dan cuenta que tenían que hacerse pasar por Jeremy y Timothy. La chica que los contactó les dijo que las empresas en Singapur acostumbran a elegir actores cuando hay un evento porque los ejecutivos no tienen mucha presencia y no saben hablar inglés”.

¿Los estafados sabían que era un Ponzi?

Ante la amplia difusión del caso, algunos de los damnificados aseguran en redes que sabían que se trataba de una inversión con alto riesgo, mientras que otros abiertamente admiten que conocían que era un esquema piramidal.  

“Muchos dicen que sabían que esto en algún momento se iba a cortar. Ahí hay un problema grave ético. Otra dice que sabía que había un riesgo. Pero creo que hablan de riesgo del trading asociado a la compraventa de criptomonedas. No sé si todos entienden que cuando se llevan una ganancia, se trata de la plata del vecino. Ese ya es un estafador en el fondo”, agrega Firtman.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.