Paul McCartney no quiso dejar sin saludo a los fans que esperaron durante varias horas a su ídolo en la puerta del hotel céntrico en el que se aloja durante su quinta visita a Buenos Aires. En la soleada tarde del sábado, antes de emprender rumbo hacia el estadio Monumental y empezar a preparar el primero de los dos conciertos que ofrecerá este fin de semana, el Beatle se tomó unos minutos para hacer una pausa y compartir una sonrisa y el brazo el alto con los seguidores que aguardaban tomar contacto con él.