El flamante ministro de Salud, Mario Lugones, tomó esta semana otra medida de impacto en la gestión libertaria. Además de despedir a los miembros del Consejo de Administración del Hospital Garrahan el miércoles, el viernes se ordenó el cierre de los sectores de guardia e internación del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, en medio de un fuerte ajuste fiscal. Tras la decisión, el edificio de la institución está tomado por los empleados que realizan vigilias y asambleas ante la incertidumbre y en forma de protesta, que abre paso a un nuevo conflicto en el sector sanitario.
Ayer se habló de una “reestructuración” del hospital ubicado en Combate de los Pozos 2133, pero desde el Gobierno anticiparon el cierre completo si no dan los números. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes de la cartera de Lugones, quien ya se armó paso dentro de la gestión libertaria para diferenciarse del bajo perfil que desde el inicio mantuvo su antecesor, Mario Russo.
“En el marco del reordenamiento del sistema, el Ministerio de Salud de la Nación inició el plan de reestructuración del Hospital Bonaparte. La decisión responde al objetivo de priorizar la asignación de los recursos en los pacientes que lo necesitan. Para avanzar con la reorganización del centro de salud, la cartera sanitaria inició la derivación de los pacientes a otras instituciones”, confirmó el viernes el Ministerio de Salud. Los trabajadores, por su parte, aseguraron que es una medida “sorpresiva” y que hay alrededor de 40 internados y 25.000 personas atendidas en lo que va del año.
Desde la órbita del ministro de Javier Milei afirmaron otra cosa. Una fuente al tanto de la decisión le dijo a LA NACION que en todo 2023 el hospital alojó a 16 internados. “A la guardia van tres pacientes por día. Alrededor hay instituciones de salud mental, como el neuropsiquiátrico Braulio Moyano y el Hospital Borda Curso, que pueden absorber la actividad. Una inversión de $17.000 millones anuales para 600 empleados y 600 pacientes, ¿cómo se sostiene?”, sostuvo un colaborador de Lugones. Asimismo desde el Gobierno indicaron que, a pesar de que los trabajadores dijeron que desconocen las razones de la decisión, la medida anunciada en relación a los dos sectores se debe a la “baja productividad”.
Apelan a que la institución de salud mental tiene un gran edificio y alta inversión para albergar 16 internados en un año. En ese marco, a principio de año se intentó dae más volumen al hospital -por ejemplo al hacer terrirorio en la Provincia y a través de la creación de una unidad de medicina integral-, pero “no funcionó” y por eso -según la versión oficial- Lugones tomó esta decisión a menos de una semana de asumir el cargo. “Se gasta un numero significativo para dar una prestación de baja complejidad que se puede dar en una unidad de atención primaria; así se evitaría sostener una megaestructura a la que no le dan los números”, agregó la fuente.
También se puso en duda la cantidad de pacientes atendidos durante el año que arrojaron los empleados, ya que desde la gestión sanitaria afirman que se trata de entre 5000 y 6000 en el primer semestre de 2024. “No había productividad”, es la frase con la que insisten en Salud.
La posibilidad del cierre
A partir del lunes el Hospital Laura Bonaparte no habilitará la guardia ni la internación, con la expectativa del Gobierno de que la demanda sea absorbida por el Moyano y el Borda, de proximidad geográfica. Asimismo, se mantendrán los servicios del consultorio externo y demanda espontánea.
Sin embargo, la “reestructuración” que ahora realiza el Ministerio de Salud es una prueba. Si los indicadores sanitarios no son positivos en los próximos meses en materia de productividad, el Gobierno ordenará el cierre total de la institución mental, según pudo saber LA NACION. “Veremos si tiene alguna posibilidad de continuar. Podés llenarlo, que es lo que estuvimos tratando de hacer en estos meses, articular con otros hospitales, pero tampoco funcionó. Se piensa en el cierre”, lanzaron desde el Ministerio.
La situación para con los empleados es incierta, sobre todo cuando ahora los médicos de hospitales nacionales tienen contratos trimestrales en lugar de anuales -junto con paritarias por debajo de la inflación- desde que asumió el Presidente, algo que causó un fuerte malestar en el sector.
En medio de asambleas y “plan de lucha”, el hospital está tomado por sus empleados en forma de protesta mientras que el Gobierno espera retomar la nueva atención este lunes. Es por eso que Lugones intentará entablar un diálogo con los trabajadores para garantizar el servicio en los próximos días, posiblemente a través de una reunión.