La eficiencia energética no solo depende de hábitos como apagar las luces cuando no se usan, sino también de la elección de los electrodomésticos que utilizamos diariamente. Algunos dispositivos, por su constante funcionamiento, no conviene tenerlos en tu casa.
Entre estos, se encuentra un electrodoméstico en particular, que destaca por su elevado consumo de energía. Por qué es importante considerar su reemplazo y cómo este cambio puede impactar en la factura de luz.
Heladeras antiguas: el mayor consumo energético en los hogares
Las heladeras, especialmente las fabricadas hace más de una década, son responsables de una gran parte del consumo energético residencial.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) revela que las heladeras representan hasta un 24% del consumo energético residencial y un 8% del consumo total de energía del país. Este porcentaje supera incluso el gasto de electrodomésticos como el aire acondicionado y la iluminación.
El motivo principal de este elevado consumo radica en que las heladeras están enchufadas y funcionando las 24 horas del día durante todo el año, a diferencia de otros dispositivos que tienen un uso intermitente.
Esto, sumado a la falta de eficiencia energética en modelos antiguos, genera un consumo de electricidad innecesario que aumenta considerablemente la boleta de luz.
Comparativa entre modelos nuevos y antiguos
Una de las principales conclusiones del estudio es que las heladeras fabricadas hace más de 15 o 20 años consumen hasta 10 veces más energía que los modelos actuales.
Incluso aquellas con 8 o más años de antigüedad presentan un consumo significativamente mayor que las de reciente fabricación.
Algunos datos relevantes sobre el consumo energético de las heladeras en Argentina incluyen:
- En el país, se estima que hay 11,7 millones de heladeras en uso.
- Del total, el 65% de las heladeras consumen más de 600 kWh/año, lo que las coloca en una categoría de baja eficiencia energética.
- Los modelos actuales con etiqueta energética A, B o C son mucho más eficientes y pueden reducir significativamente el consumo eléctrico.
Beneficios de reemplazar tu heladera por una más eficiente
Los beneficios de cambiar tu heladera por una más eficiente no se limitan solo a la reducción en la factura de luz. Estos incluyen:
- Mejora en la calidad de la preservación de alimentos, ya que las heladeras modernas mantienen una temperatura más estable.
- Reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero, al utilizar gases refrigerantes más ecológicos en lugar de aquellos que dañan la capa de ozono.
- Posponer la necesidad de ampliar las redes de energía, lo que beneficia al sistema energético en general.
- Incentivar la producción industrial de equipos eficientes, generando empleo y mejorando la competitividad en el mercado local.
Si bien el costo inicial de un electrodoméstico nuevo puede ser elevado, la inversión se recupera rápidamente a través del ahorro energético.