La baja de las retenciones aleja el desacople entre los precios internacionales y los locales. Sin embargo, su efecto en la inflación podría ser limitado.
El Gobierno dispuso el recorte del 20% de las retenciones que paga el sector agroindustrial. La baja se aplica sobre los 6 principales granos exportables, mientras que para los productos de economías regionales se llevaron a cero.
Este tributo, nacido como hoy lo conocemos en 2002, además de tener una pretensión recaudatoria en emergencia económica, pretendía ser regulador de los precios nacionales de los bienes contra los internacionales.
En un contexto de desaceleración de la inflación, los alimentos abandonaron el podio de las subas y desde diciembre de 2023, cuando habían aumentado 29,7% mensual (por encima del 25,5% del nivel general), que suben por debajo del promedio de la inflación. Según LCG, en la cuarta semana de enero los precios de los alimentos registraron una variación de -0,4%.
Según Epyca Consultores, una “baja en las retenciones impactará directamente en una suba (por única vez, en principio) de los precios de los alimentos”.
Esto tendría el efecto contrario del buscado con la baja del crawling peg, que busca mantener el tipo de cambio como ancla inflacionaria.
Desde Libertad y Progreso señalaron dos aristas en los efectos de la medida sobre los precios. Por un lado, señalaron que tenderá a un acomodamiento de precios relativos.
“Si sube el pan, uno deja de comprar otros productos, porque tiene una restricción presupuestaria, y esos tenderían a bajar de precio, por lo que en el tiempo no se vería el efecto del alza. Si en lo inmediato en la canasta se podría ver, pero al final del año llevaría a cero”, señalaron sobre un hipotético escenario de un país con inflación cero.
Por otro lado, agregaron que el impacto en los precios al consumidor serán marginal. En el caso del trigo, insumo para el pan, el aumento rondará el 2%, pero en el precio final del producto será menor al 1%. Algo similar ocurriría con el girasol, mientras que en la soja no se percibirá el impacto por su consumo marginal dentro del país.
Por último, marcaron que para el productor se trata de un marcado beneficio, ya que sus márgenes son por puntos porcentuales, por lo que puede llegar a representar un aumento del 50% en los ingresos que percibe.
Otro factor lo agregó Federico Pastrana, de CP Consultora. Si bien consideró que la quita de retenciones tendrá algún impacto en la inflación, explicó que no va a ser un shock relevante dado que el crawling peg se desacelera.
A partir de febrero, el ritmo de devaluación será del 1%, a diferencia del 2% que fue durante el primer año de Gobierno de Javier Milei.
“El crawling peg manda sobre los bienes, y a eso le sumamos la quita del impuesto PAIS. La desaceleración del 4 al 2% de inflación mensual fue responsabilidad del ancla cambiaria más que de otra cosa”, mencionó Pastrana en referencia a la inflación.
Cabe aclarar que la inflación de los bienes desde febrero pasado se ubica en torno a la mitad de la variación de precios de los servicios y en dos meses se ubicó abajo del 2%.
“A esa ancla se suma la salarial, que influye con más inercio sobre los servicios”, concluyó.