En su vuelta a la Bombonera tras la eliminación en la Copa Sudamericana, Boca apagó el incendio de la derrota en Brasil con la premura y velocidad de un bombero. Fue efectivo, facturó en sus primeras dos llegadas, se posicionó en las dos tablas (a seis del líder, tercero en la general) y alejó los fantasmas –desde el resultado– que sobrevolaban en torno a la continuidad de su DT. Con goles de dos ex Newell’ s en el primer cuarto de hora, y pese a algún sobresalto en el final, el Xeneize venció 2-1 a Rosario Central y volvió a sonreír ante su gente tras un par de semanas convulsionadas y con jugadores, cuerpo técnico y dirigentes bajo la lupa. Terminó sufriendo mucho en los últimos minutos y hubo polémicas que le pudieron dar más de un dolor de cabeza, como un penal de Advíncula a Copetti.

El cabildo abierto en que suele convertirse la Bombonera ante cada crisis futbolística del equipo bajó un mensaje de paz en la previa del partido: ovación para Advíncula (expulsado a los 9 segundos en Belo Horizonte) y para Merentiel (falló el penal decisivo con Cruzeiro) y palabras de aliento para un equipo que venía de consumar uno de los mayores fracasos de los últimos años: eliminado en octavos de final del segundo torneo continental en importancia.

Boca no consigue soltarse ni cuando arranca ganando 2-0 antes de los 15 minutos… Volvió a sufrir defensivamente más de la cuenta

Boca primero sacó la ventaja y luego la justificó en el juego. De una leve falta sobre Aguirre en la puerta del área llegó el golazo de Cristian Lema, el mejor en Brasil, que dejó parado a Broun con un tiro libre a lo Riquelme. El 1-0 trajo tranquilidad y animó a un Boca necesitado de puntos a intentar noquear definitivamente a un Central abrumado que no lograba hacer pie. Era el momento de Boca. Y lo Boca lo aprovechó: a los 15, un bochazo largo de Merentiel encontró mal parada a la defensa del Canalla y Aguirre, el refuerzo más caro de Boca en el mercado, capturó un rebote de Medina en el palo para poner el 2-0.

Boca siguió dominando el trámite, pero una serie de avances de Central desnudaron viejas falencias de su última línea. Lo tuvo Copetti de taco, tras centro de Malcorra, pero encontró bien plantado a Romero. Intentaron Gómez y Benítez de afuera, pero apareció siempre una pierna salvadora. Era la noche de Boca. Su sábado de resurrección.

El arranque de la segunda etapa fue un calco de la primera, pero con Central llegando con peligro sobre el arco defendido por Chiquito. Boca demoró unos minutos en entrar nuevamente en sintonía y el Canalla contó con un par de situaciones claras para alcanzar el merecido descuento. Antes del minuto volvió a estar cerca Copetti, otra vez tras un centro de Malcorra (bien Romero), y nuevamente Copetti estrelló el poste desde ángulo cerrado. El mismo palo que le había servido el gol a Aguirre al comienzo de la primera mitad.

Lo mejor del partido

La apuesta de Diego Martínez de defender nuevamente con tres hombres favoreció las trepadas de Advíncula y Saracchi pero defensivamente trajo, definitivamente, más problemas que soluciones. Porque fue allí donde se impusieron Malcorra y Gómez y desde donde nacían gran parte de los avances de Central. Pero Boca pasó el sofocón y cerró el partido con una brillante atajada de Brey sobre Marco Ruben, para sumarle dramatismo a una noche pasada por agua.

En el cierre, Martínez tuvo margen para darles rodaje a jugadores como Martegani y Miramón, dos que precisan minutos para afianzarse como variantes. El gol de Central llegó recién a los 48 minutos con un tiro libre de Campaz, un foul en el límite del área que pudo ser penal.

Chiquito Romero se va lesionado; no pudo finalizar el partido ante Rosario Central

Más que un templo, Boca hizo de su cancha una verdadera fortaleza. De hecho, no perdió un solo partido en casa en lo que va de la era Martínez. Son 16 encuentros sin caídas en la Bombonera que sostuvieron a Boca de pie y estiraron un ciclo que estuvo varias a veces a punto de extinguirse. La mala para Boca volvieron a ser las lesiones. Ni Marcos Rojo (¿solo por precaución?) ni Sergio Romero (se lastimó el hombro derecho tras un choque con Copetti) pudieron terminar el partido y habrá que ver cómo evolucionan de cara al encuentro de este sábado ante Talleres, por los octavos de final de la Copa Argentina.

El triunfo en la Bombonera no opacó la eliminación copera en Belo Horizonte, pero puede ser un punto de partida de cara a un septiembre de superacción que tendrá nuevamente al Xeneize como máximo protagonista: al partido con la “T” le seguirá Racing en Avellaneda y el superclásico ante River. El partido que definirá mucho más que los humores de ambos hasta el final de las temporada.

Boca no goleó, no gustó, pero ganó. Y eso no es poca cosa para un equipo necesitado de puntos y de títulos que lleva más de un año sin vueltas olímpicas.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.