Las cuatro máximas del “Cuatro”: las lecciones de Javier Zanetti para los empresarios
Las cuatro máximas del “Cuatro”: las lecciones de Javier Zanetti para los empresarios

Estadio Santiago Bernabeu. Más de 80.000 personas en la cancha y cientos de millones expectantes en todo el mundo por televisión. El 22 de mayo de 2010, la casa del Real Madrid albergó la final de la Champions League. Auténtico choque de titanes entre dos históricos del fútbol europeo: Inter de Milán y Bayern Münich.

En el vestuario neroazzurro, Javier Zanetti, “Il Capitano”, les dio la última arenga a sus compañeros. “Fue muy breve”, recuerda. Frena, pisa la pelota. “Estábamos a punto de coronar un sueño. El sueño que ese equipo se había prometido”, retoma el paso, como cuando arrancaba para surcar por el lateral. “Llegábamos al último escalón para llegar al éxito, con un gran entrenador, como José Mourinho, que nos convenció en ese momento de que ese equipo podía hacer historia. Y yo, lo que les decía a mis compañeros, no solo antes de ese partido, sino siempre, es que, en un equipo, todos somos importantes; pero nadie es más importante que el grupo”, finalizó, como cuando llegaba al fondo y tiraba el letal centro atrás. O, porque también supo gritar varios, definía él hacia el gol.

“Pupi” -jugador símbolo de la Selección Argentina; historia viviente del Inter- sigue deslumbrando. Ya no sobre el verde césped. Ahora, al menos, esta tarde, sobre el escenario del Sheraton de Mar del Plata. Invitado para protagonizar la apertura del Coloquio de IDEA edición número 61, cumbre empresaria cuyos organizadores, este año, se plantearon “Juega Argentina: a competir, producir, innovar” como leitmotiv. 

Zanetti ya no tira paredes con cracks como Adriano, Roberto Baggio, Ronaldo, la “Bruja” Verón, el chileno Iván Zamorano, Gabriel Batistuta o Zlatan Ibrahimovic, entre decenas de otros astros. Bajo los reflectores, pelotea con Mariano Bosch, CEO de Adecoagro y presidente del Coloquio de este año. Comparte sus experiencias como deportista de alta competencia y, también, los desafíos que enfrenta en el nuevo partido que le toca jugar: el dirigencial (es vicepresidente del Inter). Las cuatro lecciones del “Cuatro”, construidas ladrillo a ladrillo durante años, cementadas con la humildad de su Dock Sud natal.

  • Entrenar es tan importante como jugar. “Me tomaba el entrenamiento como si fuera el partido. Lo hacía de una manera muy profesional. Sabía que todo lo que hacía en la semana me lo iba a encontrar el domingo. Eso me hacía estar muy tranquilo. Respeté siempre mucho mi profesión. Siempre tuve mucho respeto por mis compañeros, con mi equipo”.
  • No tenerle miedo a equivocarse. “El error no te tiene que asustar. Al contrario, siempre es una oportunidad. Para mejorar, para corregir. En mi carrera, como profesional, como persona, y con muchos compañeros como grupo, hemos cometido muchos errores. Pero siempre tuvimos esa fuerza para salir adelante, esa resiliencia para afrontarlos y superarlos. Cuando se llega al éxito, nunca se llega al éxito sin antes haber pasado por momentos de dificultad. Para ganar, primero, hay que saber perder. El perder te prepara para la victoria. Siempre tuve esa cultura deportiva que me acompañó como jugador de fútbol y que me sigue acompañando ahora, como dirigente”.
  • Uno no sabe todo: siempre hay que aprender. “Me cambió la vida. Tuve la suerte de jugar hasta los 41 años. Muchos kilómetros recorridos. Pero se cerró esa etapa hermosa de mi vida y se abrió una completamente nueva, donde uno empieza de cero. Me encontré de entrenar con mis compañeros corriendo detrás de una pelota a estar en una mesa de reunión con todos dirigentes extranjeros, hablando en otro idioma, y que yo parecía que estaba en un partido de ping pong. Dije: ‘Para esto me tengo que preparar. Feliz por el rol que me dieron de vicepresidente, pero me tengo que preparar’. Empecé a estudiar en la Universidad Bocconi, de Milán. Estoy haciendo un master de Marketing, Finanzas y Responsabilidad Social. Volví a estudiar como cuando estaba en la secundaria. Es un momento muy lindo: estoy aprendiendo muchísimo, haciendo muchísima experiencia. Es justo que sea así. Muchos colegas míos piensan que por lo que uno hizo en su carrera como jugador tiene que ser reconocido como dirigente. Y no: ahora te van a juzgar por lo que hacés en esta nueva carrera. No hay mejor forma de prepararse, de aprender, de escuchar y de seguir haciendo experiencia. Quiero ser un dirigente que no sea identificado sólo en el ámbito deportivo, sino que tenga una visión mucho más completa, 360 grados, y que me permita ser útil para mi club en distintas áreas”.
  • El trabajo paga. “Uno va a encontrar dificultades en el camino. Pero si tiene el objetivo bien definido, tarde o temprano, llega. Nunca perdamos la relación humana porque, al fin, es la que hace la diferencia”.
  • Zanetti ‘peloteó’ sobre el escenario con Mariano Bosch, presidente del Coloquio.

    Este último punto remite a aquella final de la Champions. “Durante todas las etapas, hubo momentos que había que superar. Porque bien vengan esos momentos para mejorar, para corregir errores. Y llegábamos al último escalón para llegar al éxito. Esa filosofía (en un equipo todos somos importantes pero nadie lo es más que el grupo) fue la que nos acompañó siempre, con un trabajo detrás que siempre estuvo bien presente”.

    El resultado es historia: Diego Milito hizo dos goles para ganarle 2-0 a los bávaros e “Il Capitano” alzó la Orejona después de 45 años que el Inter no la conquistaba.