Chipre en alerta por la sobrepoblación de gatos: buscan triplicar fondos para frenar su avance
Chipre en alerta por la sobrepoblación de gatos: buscan triplicar fondos para frenar su avance

La pequeña nación insular de Chipre enfrenta un aumento significativo en la población de gatos salvajes, estimando aproximadamente un felino por cada uno de sus residentes, según las autoridades locales. Activistas argumentan que la cifra real podría ser mucho mayor, alcanzando cientos de miles de ejemplares. El problema, calificado como insostenible por funcionarios y organizaciones protectoras, ha generado presión para ampliar los recursos destinados al control de la población felina mediante programas de esterilización.

El comité parlamentario de Medio Ambiente fue informado a finales de septiembre de que el actual programa de esterilización, que cuenta con un presupuesto anual de 100.000 euros (117.000 dólares) y apenas unas 2.000 intervenciones al año, resulta insuficiente para frenar el crecimiento de la población de gatos, según explicó Antonia Theodosiou, comisionada de Medio Ambiente, en declaraciones recogidas en un informe parlamentario.

Con una reputación surgida de su histórica relación con los gatos, la isla mediterránea ha visto cómo estos animales se han convertido también en atractivo turístico, apareciendo habitualmente en senderos, jardines y restaurantes, donde disfrutan de la comida ofrecida tanto por ciudadanos como por visitantes. Los grupos de conservación y los voluntarios han intentado afrontar el reto, pero la magnitud del problema ha superado sus capacidades, según declaró Eleni Loizidou, jefa de la organización Cat Alert, en comentarios recogidos en el mismo informe, quien subrayó la dificultad de capturar y esterilizar hembras salvajes.

Varios gatos callejeros en una calle peatonal del casco viejo de Nicosia, Chipre, el 15 de abril de 2020. (REUTERS/Yiannis Kourtoglou)

En respuesta a la petición de mayores recursos, la ministra de Medio Ambiente, Maria Panayiotou, anunció el 4 de octubre, coincidiendo con el Día Mundial de los Animales, un aumento en la financiación dirigida a la esterilización felina, que pasará a ser de 300.000 euros anuales. Esta medida fue celebrada por asociaciones de protección animal como un avance, aunque desde el Parlamento se destacó la necesidad de una estrategia más amplia y coordinada. “No podemos simplemente seguir adelante con las esterilizaciones sin tener un plan”, afirmó Charalambos Theopemptou, presidente del Comité Parlamentario de Medio Ambiente, tras la decisión ministerial.

El impacto de la multitud de gatos va más allá de la convivencia humana. Su comportamiento depredador representa un riesgo para el ecosistema local y la saturación urbana aumenta el sufrimiento de los propios felinos, que luchan por alimento y refugio en ambientes congestionados. A nivel operativo, el sistema actual distribuye fondos gubernamentales a municipios, que contratan a veterinarios privados para realizar esterilizaciones, aunque los Servicios Veterinarios estatales han admitido que la capacidad disponible está “por debajo de la necesidad real”.

Dinos Ayiomamitis, voluntario y presidente de la asociación Cats Paws, prepara comida para alimentar a varios gatos callejeros en un cementerio de Nicosia, Chipre, el 5 de junio de 2021. (REUTERS/Yiannis Kourtoglou)

Desde el sector veterinario, Demetris Epaminondas, presidente de la Asociación Veterinaria, atribuyó la crisis a la reproducción incontrolada y la supervivencia de camadas, facilitada por la atención de la ciudadanía. Epaminondas aseguró que la situación podría revertirse en cuatro años si se implementa un plan unificado, facilitando la colaboración de clínicas privadas y eliminando los obstáculos burocráticos, tal como lo expresó en una comunicación recogida por los medios. Además, planteó la creación de una aplicación para localizar concentraciones de gatos y un fondo de donaciones privadas que complemente la aportación estatal.

La historia muestra una conexión duradera entre Chipre y los gatos, desde hallazgos arqueológicos de domesticación hace 9.500 años hasta las leyendas medievales en las que monjes y santos protegían a los felinos para combatir plagas. Hoy, pese a la simpatía y el protagonismo de estos animales en la vida cotidiana y el turismo, la sobrepoblación exige soluciones sustentables. “Existen soluciones”, reiteró Loizidou, haciendo hincapié en la colaboración entre gobierno, conservacionistas y voluntarios, y en la necesidad de establecer un censo preciso y legalizar los santuarios privados dedicados a estos animales.

(Con información de AP)