Victoria Villarruel asegura que su ausencia en Tucumán no fue una decisión política aunque ni ella ni su equipo desconocen los riesgos y las especulaciones que despertó por no acompañar a Javier Milei. Desde el fin de semana evaluó que era demasiado esfuerzo volar tres horas para un acto en el Jardín de la República donde la centralidad la tendría el Presidente rodeado por 18 gobernadores, incluso un par de extracción peronista.
Después de firmar el Pacto de Mayo Milei habló por cadena nacional y un tanto emocionado agradeció varias veces “la grandeza” de los que estuvieron presentes. Entre ellos incluyó al expresidente Mauricio Macri a quien la transmisión oficial apenas mostró sentado en la primera fila.
Siempre con tomas de lejos, al titular del PRO se lo vio saludado por su ahora adversaria Patricia Bullrich mientras que una cámara cenital dejó ver al Presidente yendo a darle un efusivo abrazo. Probablemente el mismo rol secundario que Macri hubiera tenido la Vicepresidenta que ya en el acto del 25 de Mayo en Córdoba y el 20 de junio en Rosario había quedado desplazada por la secretaria general Karina Milei. En cambio este 9 de julio, tras su ausencia en Tucumán y su reaparición diurna, Villarruel logró impacto y gran centralidad.
Detrás de escena
El lunes por la tarde cuando la Vicepresidenta comunicó que no asistiría a la firma del acuerdo el único que la llamó fue el jefe de Gabinete Guillermo Francos. No hubo comunicación ni con el Presidente ni con la secretaria General Karina Milei que sorprendió como firmante del Pacto de Mayo junto a los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores y los mandatarios provinciales.
Villarruel hace caso omiso a las especulaciones mientras se ampara en su coartada de los días previos: faltó a la última sesión -“algo que ella ama”, la defendieron-, canceló reuniones del viernes en su despacho del Senado y también un encuentro con su equipo que tenía previsto para el sábado. El domingo comenzó a analizar que el vuelo a Tucumán y la vigilia en una noche fría eran demasiado y temía a una recaída. Nadie intentó convencerla de la necesidad de que estuviera. Su entorno explicó que era muy importante para ella no perderse el desfile militar.
Desde el sur, un gobernador no kirchnerista que estuvo ausente consideró que no es el momento del gasto que demanda un acto y la movilización que requirió este día patrio. Como la Vice Claudio Vidal prefirió también bajarse a último momento -aunque nunca había confirmado su presencia- para ocuparse de los problemas que la nieve y el frío están provocando en su provincia. Lo dijo en una carta que publicó en la madrugada del feriado en redes sociales. En su caso, además, espera por el cumplimiento de algunas promesas que le hicieron en Casa Rosada.
Villarruel está convencida de que su aporte al triunfo electoral de La Libertad Avanza fue su procedencia de la familia militar. Confía en que los 7000 efectivos movilizados para el gran acto del 9 de Julio probablemente hayan votado la fórmula por ella y más que por Milei. No los quería defraudar ni ceder el que siente su lugar y su prioridad.
Su principal promesa de campaña tuvo que ver con la reivindicación de las Fuerzas Armadas. Como hija de un veterano de Malvinas, prefirió preservarse, descansar, dormir bien y reaparecer en el Tedeum del brazo de Milei para disfrutar luego del desfile castrense. Además no es la única que consideró un gasto la magnitud de la movilización hasta el Jardín de la República. Hubo vuelos charters para legisladores y vuelos privados para muchos gobernadores y funcionarios. Sólo algunos eligieron llegar en vuelos regulares como el santafesino radical Maximiliano Pullaro.
En ese marco, tanto el Presidente como su Vice, nuevamente hicieron gestos para desalentar versiones de desencuentros. De hecho en la Catedral Metropolitana y en el desfile Villarruel copó todas las miradas mientras que la noche anterior la única mujer en la foto principal fue Karina Milei con quien la Vice mantiene algunas diferencias. Como ya contó El Cronista días atrás se evitaron en los palcos de la Cámara de Diputados cuando se sancionaron la Ley Bases y el paquete fiscal.
Con el pelo más corto, visiblemente animada, sin guantes y con el cuello un poco descubierto pero abrigada con lana debajo del tapado colorado la Vicepresidenta pareció recuperada de una gripe que lleva varios días. Si en el acto en la Casa Histórica algunos se mostraron desconfiados la sospecha sobre las motivaciones de su faltazo se acrecentaron en el mediodía del martes.
En tensión permanente
La postal del Día de la Independencia no dejó de revelar la permanente tensión entre Karina Milei y Victoria Villarruel. Todos saben que la hermana del Presidente es el pasaporte para llegar hasta él y que concentra cada vez más poder junto a Santiago Caputo y apoyada en el vocero Manuel Adorni; en el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y en Eduardo “Lule” Menem. Con Villarruel en escena, esta vez se aplicó el protocolo que desplazó a la funcionaria unos pasos detrás o al costado de su hermano tanto en la Catedral como en el desfile militar.
La frialdad entre ambas mujeres arrancó en noviembre del año pasado cuando la Vicepresidenta organizó un acto en la avenida Callao sin Milei y con una bandera propia en la que se destacó la inicial de su nombre, la V, gigante y estampada en color rosa Barbie.
Varios datos de las últimas semanas sacan a la luz cómo se mantiene aquel malestar: Villarruel cajoneó algunos ascensos militares y la secretaria general mandó a distribuir fotos del acto del Día del Policía Caído de las que se excluyó a la Vicepresidenta como si no hubiera asistido. Alguna queja debe haber llegado a la vocería presidencial porque los álbumes de estes martes la destacan.
A diferencia de otros funcionarios Villarruel no solo no es ‘Karinadependiente’ sino que se la saltea en su vínculo con el Presidente. Eso sí, aclara siempre que la respeta aunque no pida permiso para avanzar políticamente ni en su vínculo con Milei.
En su arribo a la Catedral no inocentemente tomó del brazo al Presidente. Tampoco fue casual que se montaran juntos al Tanque Argentino Mediano (TAM) en su versión modernizada 2C-A2. La imagen fue de alegría y complicidad, Varias veces Villarruel extendió su diestra para tomar la de Milei que sí se cubría las manos con guantes muy abrigados. El cineasta y publicista Santiago Oría apostó por esa foto, la de una fórmula que prácticamente no tiene gestos de esta naturaleza desde el triunfo electoral.